Como viven el mes de cuarentena una enfermera, un comisario y una conductora de subte

Una enfermera, un comisario y una conductora de subte, personas que realizan trabajos considerados esenciales, compartieron sus balances del mes de aislamiento obligatorio por coronavirus, un proceso que transitan para equilibrar sus tareas dentro y fuera de casa, con cuidados especiales para con los familiares con los que conviven.
"Cambiaron un montón los hábitos en casa y en el trabajo", apuntó a Télam Yanina Guerra, enfermera de cuidados críticos del Hospital Alemán y remarcó que en su trabajo tienen "protocolos muy rigurosos a la hora de entrada y de salida".
"También al llegar a casa tengo otro protocolo, vivo con mis padres, mi hermano, su novia y mi novio, somos muchos por lo que la cuarentena es más llevadera", remarcó la joven y aseguró que extrema las medidas de higiene al llegar a su hogar y que la ropa que utiliza durante sus guardias queda en el sanatorio.
"En casa se dividen las tareas de limpieza, o si uno prepara el almuerzo otro prepara la cena, menos yo que estoy eximida porque tengo que trabajar mucho y en una situación que es estresante", contó Guerra.
Asimismo, remarcó que la pandemia y el aislamiento dejó al descubierto "la falta de solidaridad y de empatía de muchas personas", con actitudes como las de los carteles en edificios en los que se discrimina y hasta se pide que se muden al personal de la salud.
"La cuarentena se hace en los domicilios, nosotros sólo estamos exceptuados para salir a cumplir servicio. Cada uno toma medidas en su casa, poder quedarte en un cuarto aislado, un baño propio, hay quienes deciden incluso irse a otras casas solos. Si hay algún policía que trasgrede la cuarentena pasa a disponibilidad en forma inmediata", explicó en diálogo con Télam un comisario de la Ciudad de Buenos Aires que prefirió no dar su nombre.
El efectivo aseguró que desde que se inició el aislamiento obligatorio, que están encargados de hacerlo cumplir, se intensificaron controles y muchas de las tareas de patrullaje que se hacían, y además "cambió mucho la dinámica de trabajo".
Además se "extreman los cuidados, porque tenemos materiales compartidos, es decir, la gente de un turno deja el equipo tracking (de comunicación) o los chalecos de protección balística y los agarra otro del turno que entra y tenemos que desinfectarlos y cumplir con todas medidas de higiene que antes no se hacían".
En este sentido, recordó que "también los móviles" se desinfectan y detalló que "los bomberos de la cuidad higienizan las unidades para salir a servicio, pero como no daban abasto nos dieron las instrucciones y ahora si ellos no pueden, lo hacemos nosotros".
También se montaron móviles sanitarios en las comisarías que cuentan con equipos Tyvek, es decir los mamelucos blancos para acudir a emergencias locales "donde se supone que hay algún infectado en un determinado evento, sea como imputado en un delito, o alguien en peligro o riesgo como víctima".
El comisario aclaró además que cuentan con barbijos y guantes descartables pero sólo "para los que están en servicio", y aclaró que en la Ciudad son unos 17.000 agentes.
Karina Turiaci, es conductora de subte hace seis años, aunque hace 22 que trabaja para Metrovías por lo que también tiene que salir de su casa para cumplir con su trabajo "mucha de la gente que viaja lo hace para ir a trabajar o por alguna necesidad, todos tenemos que cumplir con lo nuestro", afirmó.
Ella cumple la cuarentena en su casa, donde vive sola y se lamenta no poder ver a su hija y a sus nietos aunque intenta mantener el contacto a través de videollamadas y asegura que cambió "muchos hábitos en casa, pero también en el trabajo".
"En casa intento salir sólo lo necesario, le llevo alimentos y medicación a mi madre que tiene 79 años para que ella no salga. Hablo mucho por teléfono con mi mamá para que no se ponga mal", compartió.
"Cuando voy a trabajar siento por un lado el alivio de salir y estar en contacto de nuevo con mis compañeros, aunque preservando la distancia prudencial; pero también con un poco de miedo porque no sabés si sin darte cuenta tocás algo o no te desinfectás bien al llegar a casa", apuntó la mujer de 50 años. (Télam)