Kenia cesa a su canciller, defensor del envio de policias locales a una mision de la ONU en Haiti

El presidente de Kenia, William Ruto, destituyó a su ministro de Relaciones Exteriores, Alfred Mutua, ferviente defensor del despliegue de las fuerzas locales en Haití en el marco de una nueva misión de seguridad de la ONU en el país caribeño que será encabezada por Nairobi, pese a las críticas que despertó entre los opositores.
El Ministerio de Relaciones Exteriores estará a partir de ahora bajo control de la oficina del Secretario de Gabinete, controlado por Musalia Mudavadi, informó la emisora keniana Capital FM.
El anuncio llega tres días después de que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas aprobara una nueva misión de la ONU en Haití, si bien no estará amparada bajo bandera del organismo internacional.
La misión de Apoyo Multinacional a la Seguridad (AMS), aprobada con 13 votos a favor y dos abstenciones (Rusia y China), tiene el objetivo de garantizar la seguridad de infraestructura de importancia crítica y nudos de comunicación vitales como aeropuertos, puertos, escuelas, hospitales y cruces estratégicos.
Si bien la fuerza internacional podría representar un apoyo para su población aterrorizada por las pandillas, expertos temen que se repita una historia que ya conoce este país sumido en una severa crisis política, económica y social pese a intervenciones anteriores.
Con bandas cada vez más violentas controlando casi toda la capital, la misión multinacional de apoyo a la seguridad fue diseñada para apoyar a una Policía desbordada.
Si bien Nairobi prometió enviar 1.000 miembros de las fuerzas de seguridad, se desconoce el número total y cómo se compondrá.
Entre 2004 y 2017, cuando operó en el país, la Misión de Estabilización de las Naciones Unidas en Haití (Minustah) contaba con hasta 10.000 cascos azules.
La Minustah, que nunca se ganó la confianza de los haitianos, en sus inicios estuvo a punto de librar a Puerto Príncipe de las pandillas, pero el devastador terremoto de 2010 borró sus avances y la imagen de la misión quedó empañada por acusaciones de abusos sexuales y por las 10.000 muertes por cólera que provocaron las fuerzas de paz nepalesas.
Emiliano Kipkorir Tonui, quien ha supervisado el despliegue de tropas de Kenia en varios países, duda que los policías kenianos -que han sufrido bajas en su país- estén a la altura del reto que suponen bandas armadas con "ametralladoras pesadas".
"Nuestros policías no están entrenados como soldados para leer mapas. No están entrenados en comunicación, ni en armas como las ametralladoras", explicó a la agencia de noticias AFP el exsoldado de la ONG Kenia Veteranos por la Paz.
La fuerza necesitará "asesores que hablen creole (dialecto que se usa en Haití derivado del idioma francés) para interactuar con la población", advirtió Richard Gowan, del International Crisis Group, e insistió en la dificultad de "obtener información detallada" sobre las bandas que "conocen el terreno urbano" como la palma de su mano.
Algunos defensores de derechos humanos también han mencionado acusaciones de violencia por parte de la policía de Kenia. Sobre eso, la resolución del Consejo de Seguridad enfatiza el respeto estricto del derecho internacional y de los derechos humanos.
En Haití no se celebran elecciones desde 2016 y está en entredicho la legitimidad del primer ministro Ariel Henry, nombrado por el último presidente, Jovenel Moïse, justo antes de su asesinato en 2021.
Por ello, expertos señalan que la misión debe estar acompañada por un proceso político inclusivo que dé pasos a elecciones libres y reconocidas por todos los actores.
Por el momento la oposición se muestra "escéptica", indica Robert Fatton, especialista en seguridad de la Universidad de Virginia en Estados Unidos. "Mucha gente teme que el despliegue de tropas haga más fuerte el poder de Ariel Henry".
(Télam)