El ANM realizo la jornada Presente y Futuro de los Archivos, Sitios y Museos de Memoria

El Archivo Nacional de la Memoria realizo hoy la jornada "Presente y Futuro de los Archivos, Sitios y Museos de Memoria" que tuvo como objetivo reflexionar sobre la conciencia historica y la construccion de ciudadania.

Política16 de noviembre de 2021 Agencia Télam
El Archivo Nacional de la Memoria (ANM) realizó hoy la jornada "Presente y Futuro de los Archivos, Sitios y Museos de Memoria" que tuvo como objetivo reflexionar sobre la conciencia histórica y la construcción de ciudadanía.
El encuentro fue el último de una serie que se viene realizando desde agosto de 2001 como parte del proyecto "Archivos, Museos y Sitios de Memoria de Argentina. Sinergias para la gestión de políticas públicas de Memoria, Verdad y Justicia", formulado por el Museo Sitio de Memoria ESMA y el ANM con apoyo de la Dirección Nacional de Sitios y Espacios de Memoria.
Con la participación de las doctoras e investigadoras del Conicet Claudia Feld, Marina Franco y Valentina Salvi se reflexionó sobre qué lugar tuvieron las voces de los perpetradores, cómo entran en tensión las historias singulares y la necesidad de expresar una memoria amplia. También cuáles son los límites de lo decible y de lo audible, cómo transformar la memoria en una conciencia histórica que articule mejor pasado, presente y futuro, y de qué manera van a incidir en la construcción de ciudadanía y de una cultura de los Derechos Humanos.
"Desde el museo venimos trabajando mucho cómo lograr esa articulación entre la academia y las organizaciones territoriales como los espacios de memoria", dijo la directora ejecutiva del Museo Sitio de Memoria ESMA, Alejandra Naftal, quien moderó el encuentro.
"Estamos en un momento en donde tenemos que hacer una renovación en la construcción de algunos relatos que tuvieron su tiempo histórico, entendiendo siempre las memorias como una construcción colectiva que se hace desde el presente; y pensar en el relato que se instala en los sitios de memoria como un ADN de nuestra identidad nacional o como un modelo de memoria argentino y latinoamericano para las nuevas luchas del presente", agregó Naftal.
Salvi, coautora con Feld de "Las voces de la represión. Las declaraciones de los perpetradores de la dictadura argentina" (2019), hizo foco en qué lugar tuvieron las figuras y las voces de los represores en la construcción social de la Verdad sobre el terrorismo de estado en nuestro país.
Advirtió que reflexionar sobre qué dicen los represores cuando hablan, cuáles son las representaciones del pasado y la violencia que promueven y qué repercusiones o interpretaciones provocó su palabra en los últimos 40 años "son aspectos que merecen atención, especialmente porque en la actualidad algunas de estas representaciones y demandas han ampliado sus cajas de resonancia y han encontrado nuevos portavoces en el campo político, cultural e intelectual".
Aclaró que "el interés por esta temática no ha sido dar mayor relevancia a estas narrativas en detrimento del testimonio de las víctimas, sino comprender la dinámica compleja de construcción de memoria en sus aspectos conflictivos".
"¿Cómo se vincularon los dichos de los perpetradores con la demanda histórica de saber la verdad sobre lo sucedido con los desaparecidos?" Para responder esta pregunta Salvi y otros investigadores indagaron los sentidos sociales de la noción de verdad en la Argentina y los planos de enunciación sobre el pasado en que las declaraciones de los represores se inscribieron.
"El pedido de verdad denunció públicamente el silencio corporativo mantenido por los militares y constituyó una práctica activa de construcción llevada adelante especialmente por organizaciones de derechos humanos y algunas instituciones públicas", indicó Salvi, y destacó que esta "inmensa" tarea incluyó recopilación de testimonios de sobrevivientes y familiares de desaparecidos, desclasificación de archivos, identificación de cuerpos NN y búsqueda y recuperación de niños y niñas apropiados.
Resumió que "la investigación histórica mostró que ni la verdad fáctica ni la verdad social sobre los crímenes cometidos por la dictadura se construyen con informaciones sueltas. Cualquier información provenga de quien provenga, debe corroborarse, cruzarse y acoplarse a la información ya construida por otros actores y sectores".
Explicó que "las declaraciones de los represores en los escasísimos casos que han brindado información muestran que no se trata de dar por existente y/o necesaria una verdad que ellos esconden; se trata de entender cómo se articula la información que puedan llegar a brindar con un proceso más perdurable y profundo que será veraz siempre y cuando se acople al conjunto de verdades ya probadas que tienen la cualidad de apoyarse unas con otras en la que la instancia judicial tuvo un rol fundamental y así concluir en una verdad social".
Franco hizo hincapié en el interrogante cómo transformar la memoria en una conciencia histórica que articule mejor pasado, presente y futuro, y planteó que "es necesario ampliar nuestros horizontes" sobre el terrorismo de Estado y los años 70 porque "estamos pensando corto".
Así, sumó el interrogante "cómo seguir pensando el terrorismo de Estado en un mundo profundamente transformado y en transformación a un ritmo vertiginoso", en tanto que "para las nuevas generaciones que no pertenecen a los sectores sensibles a la cuestión, la dictadura es un dato histórico demasiado lejano y ajeno".
"Las urgencias sociales y políticas hoy -dijo- son la pobreza, la violencia de género, la inseguridad, la conflictividad política y esto deja al terrorismo de Estado en un lugar de menos urgencia política y social. Estamos ante un escenario nuevo que nos obliga a repensar qué hacemos con el terrorismo de Estado".
Reseñó que es importante pensar en una serie histórica "más larga" sobre el terrorismo de Estado y propuso insertarlo "en una temporalidad distinta que ya no va a ser el lugar de la urgencia y de la movilización, sino un lugar de la comprensión en dos niveles: pensar cómo fue posible en una historia más larga que atraviesa todo el siglo XX, y al mismo tiempo pensar hacia el futuro qué quedó y qué cambió con el terrorismo de Estado en adelante, qué nos dejó como herencias".
Franco marcó las diferentes formas y fenómenos con los que se vinculó la represión y la violencia estatal en los distintos contextos a lo largo de la historia argentina y concluyó que "las grandes movilizaciones contemporáneas, como el 'Ni una menos' o las luchas por el aborto legal, también son herederas de las movilizaciones de los años 70 y por los derechos humanos". (Télam)
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