Amazon, un seguimiento peligroso de habitos de lectura y consumos personales

La cuestión del usufructo de datos privados obtenidos en dispositivos electrónicos conectados a internet se reavivó en febrero, cuando un periodista británico publicó su experiencia de haber pedido a Amazon que le envíe la información personal que la compañía de Jeff Bezos recopiló a través de su Kindle, el dispositivo donde los lectores de la plataforma leen y alojan los contenidos digitales.
La nota "Nos conocen mejor que nosotros mismos: cómo Amazon rastreó mis últimos dos años de lectura”, escrita por Kari Paul en el londinense The Guardian, fue el disparador para que otros medios se ocuparan de la detallada información sobre hábitos de lectura y consumo que reúne el mayor distribuidor global de libros.
La compañía reúne los datos personales de quienes acceden a su tienda, a Kindle -tanto la app como el dispositivo e-reader para leer libros electrónicos- o usan el asistente virtual Alexa. No es la única compañía que lo hace.
Mediante un click en “Solicitar mi página de datos” en Amazon.com, cualquier usuario puede pedir la información personal que le fue recopilada, aunque la empresa avisa que el envío de esos archivos “puede tardar un tiempo” dada su magnitud.
“Ya sabemos que Amazon rastrea nuestras compras en su sitio, nuestra actividad en la web, nuestros comandos de voz y nuestras ubicaciones. Pero el extenso seguimiento de los hábitos de lectura lleva a pensar: ¿con quién se comparte esta información, qué se hace con ella y cómo puede afectar la privacidad y el futuro de la experiencia de lectura?”, escribió Paul.
“Amazon dice que no comparte lo que los clientes individuales han destacado con los editores o cualquier otra persona. Los aspectos más destacados se registran para sincronizar el progreso de lectura y las acciones en todos los dispositivos”, apuntó el periodista de The Guardian,
Leo Kelion, editor de Tecnología de la BBC, relata que recibió cientos de archivos sobre sus actividades en los últimos dos años, entre ellos una hoja de cálculo con “detalles de las 83.657 interacciones” que tuvo desde 2018, incluido “el momento exacto del día” de cada intervención.
“Hay más de 60 columnas suplementarias para cada una, que contienen información como qué tipo de dispositivo estoy usando, en cuántos artículos hice clic y una serie de números que dan indicios sobre mi ubicación”, remarcó en su reportaje “Amazon: por qué debería preocuparnos todo lo que la compañía de Jeff Bezos sabe sobre nosotros”.
“No hay una forma real de deshabilitar todos los datos que Amazon recopila de su Kindle. Solo hay unos pocos segmentos que los usuarios tienen control”, apunta el sitio Goodereader.com.
Amazon asegura que los datos que reunió se utilizan “para proporcionar a los clientes productos y servicios, pagar a los proveedores de contenido y mejorar la experiencia de lectura y compra”
“Pero lo que quizás no se sepa es que Amazon registra cada pulsación de tecla y mantiene ese registro literalmente para siempre y, a menos que viva en algún lugar con leyes de privacidad para protegerlo, no hay forma de eliminar el registro”, advirtió el sitio The Digital Reader.
“Muchas de estas empresas solo obtienen la mayor cantidad de datos posibles sin saber cómo se utilizará; todo lo que saben es que más información es mejor”, sostuvo Alastair Mactaggart, promotor de la ley de privacidad del consumidor del estado de California (EEUU).
“La verdad esencial es que estas entidades nos conocen mejor que nosotros mismos”, remarcó.
Evan Greer, director del grupo activista de privacidad Fight for the Future, puso de relieve que es casi imposible el usufructo de datos personales reunidos por la empresas en internet.
“Idealmente, si pensáramos que las prácticas de recopilación de datos son injustas, podríamos ir a otro lugar. Pero el hecho de que haya pocas opciones responde al hecho de que las decisiones que toma Amazon tienen un efecto tan enorme en todos los sectores debido a su tamaño y al monopolio que ejerce”, advirtió.
(Télam)