Denuncian abuso policial hacia una mujer trans en Jujuy

La organización de Abogados y abogadas del Noroeste argentino en Derechos Humanos y Estudios Sociales (Andhes) y el Movimiento LGBTIQ+ “Ailén Chambi” denunciaron ante el Ministerio de Seguridad jujeño un “brutal ataque físico y sexual” sufrido por una mujer trans a manos de efectivos policiales en una localidad del este provincial.
El episodio denunciado se registró el lunes último, alrededor de las 0.30, en la ciudad de Libertador -distante a 115 kilómetros de la capital jujeña-, en medio de un procedimiento por incumplimiento del aislamiento obligatorio, que fue “discriminatorio, violento e ilegal”, según difundieron hoy desde ambos espacios.
Las organizaciones solicitaron la inmediata investigación, apertura y sustanciación de los sumarios administrativos respectivos a los fines de establecer las responsabilidades que correspondan y las medidas necesarias para poner fin a los abusos y garantizarle seguridad a la mujer, Delfina Díaz.
Los denunciantes señalaron que “sufrió violencia institucional cada vez que la policía volvió a llamarla y registrarla con el nombre inscripto en su DNI, ignorando su identidad autopercibida”.
Dicha situación, entre otras cosas, llevó a la madre de Delfina, llamada María Pérez, a permanecer por más de dos horas sin saber dónde se encontraba su hija, ya que solo obtenía negativas respecto a la detención de la misma, según relató a la prensa local.
Luego de insistir varias veces logró que en la seccional 39 de Libertador admitieran la detención de su hija pero a partir de mencionar el nombre en su documento.
En ese sentido, desde Andhes y el Movimiento “Ailén Chambi” reprocharon que “de forma constante sigan saliendo a la luz prácticas aberrantes, discriminatorias y de homolesbotransodio hacia el colectivo LGBTIQ+ por parte de agentes policiales”.
Exigieron finalmente una “mayor capacitación del personal en materia de género y diversidad, de conformidad con lo establecido por la Ley Micaela”.
Junto a su mamá, Delfina no solo contó lo “mal” que la pasó, pidiendo que “otra chicas no pasen lo mismo”, sino que, a su vez, dijo que no era la primera vez que sufría abuso policial.
Del último episodio, relató que ella se encontraba sentada con unas amigas afuera de la casa de una de ellas cuando llegaron los efectivos policiales, tiraron las sillas en las que se encontraban y a ella la subieron a una patrulla, llegando una efectivo mujer a pegarle “tres piñas en la cara”.
Luego, mientras la trasladaban, relató que la insultaron, le siguieron pegando, le hicieron "bajar el pantalón hasta la mitad de las piernas", llegando a tocarle sus partes íntimas y hasta a acercarle una cachiporra.
Entre otras situaciones posteriores que padeció, contó también que hacia el final de su traslado un efectivo se acercó, la agarró del cuello y le dijo que si llegaba a contar lo que pasó, la iban a "matar".
(Télam)