Las escritoras se sumaron al Pañuelazo para reclamar por el aborto legal

Mas de veinte narradoras de ficcion y no ficcion, entre las que figuran Claudia Piñeiro, Maria Ines Krimer, Dolores Reyes y Claudia Aboaf, estuvieron presentes en la previa del Pañuelazo19F para exigir por la Ley de Interrupcion Voluntaria del

D-Interés19 de febrero de 2020 Agencia Télam
Más de veinte narradoras de ficción y no ficción, entre las que figuran Claudia Piñeiro, María Inés Krimer, Dolores Reyes y Claudia Aboaf, estuvieron presentes en la previa del Pañuelazo#19F para exigir por la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, con una actividad literaria que tuvo lugar esta tarde en las inmediaciones del Congreso de la Nación en la que compartieron textos propios vinculados a la temática del aborto, la disidencia y el feminismo.
Pasadas las 17, mientras la Plaza de los Dos Congresos iba subiendo su temperatura y se llenaba la plaza para el pañuelazo de las 19 con el sonido de fondo de bombos y cánticos amplificados en megáfonos de las organizaciones políticas y feministas, 22 autoras de ficción y no ficción presentaron sus textos.
Con toda la capacidad de sillas colmadas, la gente se agrupaba a pie por fuera de la carpa, un público en su mayoría de mujeres y de todas las edades (las más chicas con sus glitter, las más grandes enfundadas en pañuelos y toques verdes), aunque también había algunos varones, como el escritor Federico Jeanmaire.
La narradora y psicoanalista Natalia Zito fue la encargada de abrir el primer segmento de escritoras, dedicado a las distintas aproximaciones a la agenda de los feminismos que se han hecho en el último tiempo desde la ficción: "Escribí está novela porque me interesa cuántas veces te vas a preguntar si estás conforme con tu vida y actuar en consecuencia" contó la autora de "Rara", un texto sobre las múltiples consecuencias que sobrevienen después de la muerte de un hijo, con "muchos significados pero para mí es el más importante es el sentirse solas y hoy no estamos solas".
A continuación, Belén López Peiró leyó un fragmento de su novela "Porque volvías cada verano", donde se despliegan oraciones como "poner bajo la lupa a un hombre siempre cuesta caro" y dijo: "estamos luchando por la autonomía de los cuerpos" y así como "ponemos el cuerpo a la hora de escribir estamos poniendo el cuerpo en la calle".
Por su parte, Luciana de Mello presentó su novela "Mandinga de amor" donde narra el vínculo entre un abusador y una chica. "La novela trata de los límites, las fronteras, de lo perturbador, me interesaba problematizar el vínculo entre un abusador y una mujer. Temía que fuera una apología del abusador pero mientras escribía entendía que la literatura es una pregunta y va entre los bordes, en lo opaco", apuntó.
Luego se le cedió la palabra a Mariana Komiseroff, quien contó que en su libro "Una nena muy blanca" narra dos situaciones de aborto: "Independientemente de que al aborto lo tomemos como angustia o como si nos sacáramos una muela, aborto debe ser ley", subrayó la autora de esta historia familiar atravesada por episodios de violencia que ponen en escena el cuerpo de la mujer frente al abuso, el aborto y la maternidad.
La autora se propuso pensar "dentro del feminismo" porque "no quiero habitar un espacio sin contradicciones", apuntó contra la falta de perspectiva queer y personas LGTBGI dentro de la agenda feminista y reclamó su "derecho a ser incómoda".
"Es mí responsabilidad poner palabras al silencio", sostuvo y agregó además que "después de la legalización tenemos que pensar en el derecho a maternar de personas privadas de su libertad" y "el derecho a decidir que sea un privilegio para todes".
Luego Claudia Aboaf, organizadora de la actividad junto a Claudia Piñeiro, contó sobre el proceso narrativo de su última novela "El ojo y la flor" donde una de las partes que componen el libro está construida sobre la voz de Juana, una niña de cinco años: "Esa narradora sacudió a la escritora para que nunca más nos digan 'shhhh, silencio Juana´, que sea ley", arengó.
Más adelante, la escritora y docente Dolores Reyes, autora de la novela "Cometierra", celebró que el trabajo de la campaña para la legalización del aborto ayudó a "democratizar el acceso a las herramientas y la información".
La autora, que en su libro aborda la historia de una médium conurbana que es contactada para visualizar dónde están varios cuerpos desaparecidos, entre ellos de muchos femicidios, dijo que "un Estado que no posibilita el acceso al aborto es un Estado femicida".
Cuando llegó su turno, la escritora Maria Inés Krimer aseguró "como dije ayer en una entrevista que me hicieron en Télam, las relaciones de dominación son materiales y sobre ellas se establecen discursos. Uno, entre tantos, es el literario. Un día estaba charlando con una amiga sobre el lugar que ocupaban las mujeres en los sindicatos y de pronto ella dijo: 'cuando hacemos uso de la palabra los hombres salen a fumar un pucho o van al baño'". Recuerdo que llegué a casa y anoté la frase. Fue el inicio de mi última novela, 'Cupo'", relató.
"No me arrepiento de escribir sobre cosas urgentes -en referencia a 'Cupo', que arranca con un asesinato que se produce en una marcha del 8M y dónde también indaga sobre el machismo en el ámbito sindical-. La novela 'Los pichiciegos' de Fogwill es una de las mejores novelas sobre Malvinas y la escribió en 15 días". La autora de "Sangre fashion" se despidió al grito de "la calle es nuestra, ni un paso atrás".
Claudia Piñeiro, una de las organizadoras principales de la movida y activista ferviente en las redes de las causas feministas, dijo en referencia a la actividad que "lo importante no son nuestros libros sino apoyar" y luego habló brevemente de su flamante novela, "Catedrales", adelantando que trata sobre una joven descuartizada en Adrogué y que "tiene que ver con la hipocresía de las familias y las instituciones".
Por su parte, la escritora y editora Ana Ojeda, autora de "Vikinga bonsai", la primera novela en lenguaje no binario, se sumó a la actividad en lugar de Gabriela Cabezón Cámara que no pudo llegar: "Es una lucha motorizada por las generaciones más jóvenes, que no toman un no como repuesta. Y las otras generaciones estamos aprendiendo de ahí, nos están haciendo mejores", sostuvo.
Luego de la intervención de las narradoras, tuvo lugar un segmento de escritoras de no ficción, entre ellas Ana Correa, la autora de "Somos Belén": "En el 2018 tuvimos que escuchar decir a diputados y senadores que no hay chicas presas, este año nuestro desafío es decirles que no nos pueden mentir". (Télam)
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