No hay consenso sobre como valorar a los artistas del pasado

A raiz de la cancelacion del filme "Lo que el viento se llevo" por su vision racista, refloto una vez mas la discusion acerca de si es pertinente mirar a la historia del arte en retrospectiva desde el sistema de valores actual, especialmente si se

D-Interés20 de junio de 2020 Agencia Télam
A raíz de la cancelación del filme "Lo que el viento se llevó" por su visión racista, reflotó una vez más la discusión acerca de si es pertinente mirar a la historia del arte en retrospectiva desde el sistema de valores actual, especialmente si se trata de "los grandes maestros de la pintura", un debate que no encuentra consenso entre los principales especialistas consultados.
Figuras como Pablo Picasso, Egon Schiele, Edgard Degas, Paul Gauguin o Toulouse Lautrec, por mencionar algunos, ya no son sólo creadores de obras maestras de la historia a la luz de la sensibilidad contemporánea, sino también misóginos, abusadores, racistas, pederastas o colonialistas.
Las sociedades mutan y -con suerte- van creando una mayor conciencia acerca de las desigualdades, algo que se torna evidente en el vocabulario, al pensar en cómo cambiamos "crimen pasional" por "femicidio", o "Día del descubrimiento de América" por el "Día del respeto a la diversidad cultural", por dar ejemplos. ¿Cambiaremos en el futuro la denominación de las obras y sus creadores? ¿Es atinado medir a los artistas del pasado desde el sistema de valores actual?
"Por supuesto que es atinado medirlos desde el sistema de valores actual, siempre miramos el pasado desde nuestras perspectivas actuales. Eso no quiere decir que tenemos que quemar obras o quitarlas", aclara la curadora Andrea Giunta, autora del libro "Contra el canon".
Para la ensayista Elena Oliveras, "la única perspectiva válida desde la que podemos interpretar y juzgar una obra (cinematográfica, de artes plásticas, literaria) es la que da el presente. Pero una obra del pasado no tiene por qué encajar con lo que pensamos del mundo hoy y no podemos exigir que desaparezca".
"No tenemos otra alternativa que medirlos desde el presente,-admite el crítico Rafael Cippolini- entendiendo que el presente es mera contigencia. Nuestras observaciones son fatalmente parciales", aclara el autor de "Patafísica" y "Amazonia & Co".
Por su parte, la curadora Eva Grinstein cree que "es un error grosero medir a los artistas del pasado desde sistemas de valores actuales, sesgados y coyunturales. Si enjuiciamos a los artistas por conductas que nos parecen moralmente reprobables, lo más seguro es que nos quedamos sin historia del arte", advierte.
"Hace rato que la entronización del pensamiento 'políticamente correcto' ejerce presión sobre contenidos artísticos que no deberían de ninguna manera ser evaluados con esa vara", agrega Grinstein.
Americo Castilla, ex secretario de Patrimonio Cultural, puntualiza: "Juzgar a Picasso por el maltrato a las mujeres de su entorno, y no por su arte, es una pauperización del razonamiento".
Según Oliveras, autora de "Estética. La cuestión del arte", "toda obra es producto de su tiempo por lo que lleva adheridos paradigmas y prejuicios particulares. No entenderlo así nos llevaría a vaciar los museos y descartar obras maestras".
Y ejemplifica con la pintura "Olympia" (1863) de Édouard Manet que "resalta el trabajo de servidumbre de la población negra, lo que no hace más que ejemplificar la visión racista de la sociedad del momento. Toda obra de arte es, en definitiva, un fragmento de ideología".
Para Giunta, los museos deben "impulsar una mirada crítica que permita comparar contextos actuales con contextos pasados. El problema es que en el museo se exhiben en forma casi excluyente las obras de algunos artistas, en un 70/80 por ciento varones, que abordan el cuerpo desde una perspectiva patriarcal y, por supuesto, parcial".
Según la curadora de la Bienal del Mercosur, "esas representaciones deberían convivir con otras que planteen diferentes aproximaciones. De este modo tendríamos acceso a perspectivas diversas sobre lo humano, sobre los afectos, sobre las formas de representación del cuerpo. Los museos argentinos son extraordinariamente patriarcales. Me gustaría ver obras que presenten distintas perspectivas, menos unilaterales, menos masculinas". (Télam)
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