Belgica, los honores a Leopolodo II y el largo homenaje a la esclavitud

A poco mas de dos semanas de cumplirse el 60 aniversario de la independencia del Congo Belga, Belgica sigue rindiendole honores al rey Leopoldo II, dueño del Estado Libre del Congo desde 1885 hasta 1908, y cuyo nombre resono en estas ultimas semanas

Mundo13 de junio de 2020 Agencia Télam
A poco más de dos semanas de cumplirse el 60 aniversario de la independencia del Congo Belga, Bélgica sigue rindiéndole honores al rey Leopoldo II, dueño del Estado Libre del Congo desde 1885 hasta 1908, y cuyo nombre resonó en estas últimas semanas a partir de las manifestaciones antirracistas en el país europeo.
Expertos de la U, declararon en febrero del año pasado que "la discriminación racial es endémica en las instituciones de Bélgica" y sostuvieron que "la nación necesita pedir disculpas por los crímenes cometidos durante su colonización en el Congo".
En esa línea, la organización señaló que "el reinado del rey Leopoldo II sobre el Congo desde 1885 hasta 1908 fue notorio por su brutalidad", durante la explotación de los africanos para la extracción de caucho, un bien natural con el que el monarca amasó su riqueza, y que creó una política de trabajo forzado y sanguinario para maximizar la producción.
La administración de Leopoldo II creó una sociedad de esclavos en la que quienes se negaban a someterse eran reprimidos a golpes o azotes, se tomaban a mujeres y ancianos como rehenes para garantizar la pronta recogida de caucho y se enviaban expediciones punitivas para destruir y saquear las aldeas que se negaban a cooperar.
El grupo de trabajo de expertos de la U sobre las personas de ascendencia africana se expidió sobre Bélgica asegurando que "las causas fundamentales de las violaciones actuales de los derechos humanos se encuentran en la falta de reconocimiento del verdadero alcance de la violencia y la injusticia de la colonización".
Meses más tarde, en un intento de abordar el legado de los 80 años de violencia durante la colonización africana, Bélgica pidió disculpas por el secuestro de miles de niños mestizos del Congo entre los años 1959 y 1962, en lo que marcó su primer reconocimiento oficial sobre su responsabilidad en la política de segregación.
Sin embargo, el país no se pronunció sobre Leopoldo II cuya figura siguió siendo honrada con estatuas en los espacios públicos de todo el país, y reconocida por el propio gobierno como "el civilizador" del Congo.
En contraposición, distintas organizaciones de derechos humanos y grupos activistas instaron al gobierno belga a que dejara de honrar la figura del monarca y retirara los cientos de bustos y monumentos que se encuentran desperdigados por todo el país.
De esta manera, no sorprendió que en estas últimas semanas una docena de sus monumentos fueron pintados por los manifestantes, y una en Amberes, el tercer puerto más importante del país donde se recibían los productos extraídos del Congo, fuera quemado tras las protestas antirracistas desatadas luego del asesinato del afroestadounidense George Floyd en Minneapolis el 25 de mayo.
El rey Leopoldo II fundó en 1885 el Estado Libre del Congo y explotó sus recursos naturales -primero el marfil y más tarde el caucho- y a su población durante casi tres décadas. Se trató de un caso insólito en la historia colonial europea, ya que adjudicaba el territorio a Leopoldo II y no a la corona, una colonia sin metrópoli.
El monarca fue responsable de la muerte de 10 millones de personas, lo que para ese momento representó a la mitad de la población nativa, en lo que se lo conoció como sistema del caucho rojo.
El gobierno belga, en palabras del vocero de la alcaldía de Amberes, aseguró esta semana que la retirada del monumento "no tiene nada que ver con las recientes protestas que se han dado en todo el mundo en contra del racismo", y advirtió que no se descarta la "reinstalación" en el mismo lugar luego de su "restauración".
(Télam)
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