Gabriel Carambula: La guitarra electrica es irremplazable

Gabriel Carambula, musico reconocido por haber sido lider de Los Perros Calientes y por sus trabajos junto a artistas como Fito Paez y Fabiana Cantilo, afirmo que “la guitarra electrica es irremplazable” para el tipo de rock clasico que cultiva,

D-Interés30 de junio de 2019 Agencia Télam
Gabriel Carámbula, músico reconocido por haber sido líder de Los Perros Calientes y por sus trabajos junto a artistas como Fito Páez y Fabiana Cantilo, afirmó que “la guitarra eléctrica es irremplazable” para el tipo de rock clásico que cultiva, tal como lo demuestra en su última placa solista “Gloria”, a pesar del uso de loops y de diversos artilugios electrónicos.
“El estilo de rock como el que hago yo, Juanse y varios más, nunca se va a perder. Yo trabajé para este disco con gente más joven que propuso poner algunos loops. Yo acepté pero toqué arriba mi rock and roll. A mí no se me hubiera ocurrido hacerlo así, pero no le tuve miedo. El aprendizaje, por suerte, no se acaba nunca”, dijo el guitarrista a Télam.
Ese espíritu es el que atraviesa las diez composiciones de “Gloria”, quinto trabajo solista que marca el regreso al disco de Carámbula tras la edición de “Viviendo urgente”, de 2005, y que será presentado el próximo 6 de julio, a las 20.30, en el Teatro Sony, ubicado en el barrio porteño de Palermo.
Acompañado por Gabriel Romeo, en guitarras; Gardy Pais, en guitarras; Nicolás Corrueges, en bajo; y Alejandro Soto, en batería; Carámbula despliega en este trabajo, co-producido junto a Gustavo Lozano, un estilo rockero clásico, que mezcla tempos más altos y algunas baladas.
Télam: ¿Cómo surge la necesidad de grabar luego de tantos años de silencio discográfico?
Gabriel Carámbula: Lo encaré muy relajado. Me parece que no es necesario hacer un disco por año, como hice en algún momento. A veces te tomás tu tiempo y te sale un disco que realmente te gusta, como me pasa con este. Primero grabé un disco en vivo en Mr. Jones y me dieron ganas de hacer uno con temas que tenía de todos estos años sin grabar. Se dio de una manera bastante natural. Tenía una artillería de canciones porque yo nunca paré de componer y grabar, así que quedaron un montón afuera. Y a muchas canciones tuve que aggiornarlas, hacerle retoques. La verdad que es un disco que lo escucho y me gratifica mucho. Generalmente, los músicos dicen que su último trabajo es el mejor, pero no siempre es así. En este caso, sí. Yo siento que este disco me refleja.
T: En el disco hay algunos teclados tocados por usted. ¿Cómo le resultó esa experiencia teniendo en cuenta que su imagen musical está indefectiblemente ligada a la guitarra?
GC: Hace algunos años me compré un sintetizador chico y estuve aprendiendo a tocar. Incluso, cuando tenía cinco años me mandaron a una profesora de piano, así que esto no es nuevo para mí. Yo tenía muy en claro lo que quería para mi música. Hay cosas que no puedo hacer pero hay otras que sí, entonces yo tocaba en el estudio como para mostrar cómo quería que sonara algo y muchas de esas cosas quedaron. Tal vez sea medio limitado, pero esa limitación es lo que hace que el rock and roll funcione. Fijate que, por ejemplo, John Lennon lo llama a Nicky Hopkins para que toque en “Imagine”, que es un virtuoso, pero el autor del tema y el que hace el acompañamiento principal es John. Yo voy por ese lado porque no me queda otra además.
T: Su padre Berugo era muy reconocido como humorista, pero también era un destacado guitarrista. ¿En qué aspectos siente que aparece esa influencia en su música?
CG: ¡En todos lados! Desde que nací, vivo rodeado de música. Tengo millones de imágenes. Mi viejo era un gran guitarrista y por casa circulaban músicos como Rubén Rada, Dino Saluzzi, Homero Expósito, Enrique Francini, y la lista sigue. Gente muy grosa. Yo los escuchaba y me nutría de todo eso. Y mi viejo tenía una formación clásica, tocaba Bach, Mozart, el Concierto de Aranjuez. Yo quería tocar blues y rock and roll. Él me hizo escuchar a Wes Montgomery y Django Reinhardt, pero era tan groso que se dio cuenta que me tenía que hacer escuchar algo que me enganchara más y me puso a B.B.King. ¡Ahí se pudrió todo! Me compró una guitarra eléctrica, tenía nueve o diez años y me di cuenta que mi mundo había cambiado y que me iba a dedicar a esto. El disco está dedicado a él. Dice “padre y maestro” porque es la realidad. Él fue un maestro en la vida. Mi viejo fue una pieza clave que me mostró un camino y eso no es poco. (Télam)
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