Una G se rebela y vuelve a los rescates en el Mediterraneo tras la muerte de 2 migrantes en EEUU

El barco de una G española retomo hoy sus tareas de rescate de refugiados en el Mediterraneo ante el impacto que le produjo la foto de dos migrantes que se ahogaron esta semana a las puertas de Estados Unidos, en abierto desafio a la politica de

Mundo27 de junio de 2019 Agencia Télam
El barco de una G española retomó hoy sus tareas de rescate de refugiados en el Mediterráneo ante el impacto que le produjo la foto de dos migrantes que se ahogaron esta semana a las puertas de Estados Unidos, en abierto desafío a la política de puertos cerrados de Italia y la prohibición de España de que haga esta labor.
"Levamos anclas. Seis meses después, ponemos rumbo a la frontera más mortífera del planeta", anunció la G Proactiva Open Arms en su cuenta de Twitter, junto a una foto de su barco de rescate navegando en el mar bajo un brillante cielo azul con algunas nubes.
Más de 9.500 personas han muerto ahogadas intentando el cruce del Mediterráneo hacia Europa en precarios barcos desde 2014, en el marco de una crisis de refugiados que tuvo su pico hace tres años y que vio a muchos países cerrar sus fronteras y puertos a cientos de miles de personas que escapan de la guerra o la pobreza en Asia o África.
El fundador de Open Arms, Oscar Camps, dijo que decidió retomar sus actividades de salvamento luego de ver la foto de un padre migrante salvadoreño y su pequeña hija ahogados esta semana en el fronterizo río Grande al intentar cruzar de México a Estados Unidos.
La estremecedora imagen recordó a la de Aylan Kurdi, un niño migrante sirio de tres años cuya fotografía, muerto boca abajo en una playa de Turquía, también dio la vuelta al mundo luego de ahogarse en el Mediterráneo en 2015.
"Esta foto me ha dolido más que la de Aylan. 6 meses bloqueados. No aguantamos más. Levamos anclas y nos vamos. Antes presos que cómplices. #NiUnaMas", escribió Camps en Twiter junto a la foto de los migrantes muertos en el río Grande.
La emblemática imagen de Aylan fue el disparador que en septiembre de 2015 llevó a que Camps y un amigo guardavidas se marcharan rumbo al mar Egeo, a la isla griega de Lesbos, y con una precaria lancha comenzaron a salvar a los refugiados, en su mayoría sirios, que habían huido de la guerra y trataban de llegar a Europa desde de Turquía.
Desde entonces, la G ha salvado cerca de 60.000 vidas en peligro, convirtiéndose en un símbolo de humanidad y de protección de los derechos humanos.
El Open Arms se encontraba en el puerto de Nápoles, sur de Italia, realizando trabajos de sensibilización, a través de diferentes actividades, como visitas al interior del barco, después de haber llevado ayuda humanitaria a Grecia a fines de abril.
Previamente, el barco estuvo 100 días bloqueado en el puerto de Barcelona con excusas administrativas, hasta que las autoridades permitieron que zarpara con la misión de llevar ayuda humanitaria a las costas de Egeo y la prohibición de participar en los rescates en el Mediterráneo Central, frente a las costas de Libia.
"Está ocurriendo un holocausto, hay miles de muertos en el Mediterráneo que no se cuentan y nadie habla de ellos, y yo entiendo que para salvar vidas no necesitas ningún permiso, ninguna autorización más que la predisposición de querer salvarlas", dijo Camps a Télam antes de abandonar el puerto de Barcelona.
El fundador de Proactiva es consciente de los riesgos que enfrenta el Open Arms con su regreso a las misiones de rescate, pero aún así se muestra determinado a seguir: "Nos han disparado, amenazado, secuestrado el barco, judicializado en Italia, pero sabemos que estamos haciendo lo correcto".
La justicia italiana mantiene abierta una investigación contra dos miembros del Open Arms a los que acusa de favorecer la inmigración ilegal por los rescates efectuados en el pasado en las costas de Libia.
En mayo, no obstante, un juez italiano archivó la causa que tenía abierta el barco por supuesta asociación criminal para favorecer la inmigración ilegal.
En tanto, el ministro del Interior italiano, el xenófobo Matteo Salvini, mantiene la orden de puertos cerrados para los barcos de G que salvan vidas en el mar, una decisión que conlleva multas a quien la viole.
Ayer, la G alemana Sea Watch entró sin permiso a aguas italianas en las costas de la isla de Lampedusa con 42 inmigrantes a bordo, y fue abordada por las autoridades italianas. Una de las capitanas del barco, Pia Klemp, enfrenta un pedido de hasta 20 años de prisión también acusada de favorecer la inmigración ilegal. (Télam)
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