Para Simón Nattanael Alvarenga, más conocido por su apodo de Callejero Fino, el aporte de L-Gante y sus aliados de la "Cumbia 420", hizo que el RKT ("un género que es bien de acá") comenzara a tener alcance internacional y a abrirle puertas al resto de los artistas de este movimiento que lleva dos décadas cocinándose a fuego lento y sonando en bailes y barrios del conurbano bonaerense.
Télam: ¿Qué representa el éxito de L-Gante para el resto del movimiento?
Callejero Fino: Pasa que los pibes lo ven como que si 'él pudo, yo también puedo'. Elián hizo algo único: lo sacó de acá y lo está haciendo mundial. Todos nosotros, los que venimos en el movimiento haciéndolo desde hace rato, estamos muy contentos. Porque ya le teníamos fe al proyecto desde antes. Ahora podemos hacer el género que es nuestro sin tener que copiar nada de ningún lado. El RKT es algo que es bien de acá.
T: ¿Pensás que la industria musical va a terminar metiendo la cola dentro del negocio, o a esta altura es imposible gracias a la unidad que hay entre ustedes?
CF: Esto es de todos. Sin público no hay artista, así que la industria tiene que saber que si no está el público tampoco estará nuestro movimiento. Es la gente la que genera todo y la que está haciendo el trabajo. Nosotros solamente nos divertimos: yo por mi parte arriba de un "beat", haciendo lo que tengo ganas de hacer, pero es la gente la que hace todo lo demás. Yo creo que esto va para rato, porque recién se está haciendo. Falta que salgan una banda de pibes.
T: ¿Da vértigo tener tantos millones de reproducciones?
CF: Lo veo como una herramienta de trabajo. Si hay millones de reproducciones entonces aprovecho para sacar música nueva. Es ahora, porque uno no sabe cuál es el mejor momento hasta que lo pierde. entonces hay que disfrutar el momento y pasarla bien.
T: ¿Cuánto cambió tu destino como artista el haber conocido a Fili Wey, otro de sus grandes impulsores? ¿Qué aprendiste de él?
CF: Fili me enseñó que la música es un negocio, y que para los negocios tenés que estar activo. Además de haberme ayudado un montón, creo que lo más lindo fue conocernos, compartir el estudio de grabación y escribir juntos. Hacer más que nada. Él también me dice que aprendió un montón de cosas de mí. También tuvo que ver mucho la música, los temas de la calle y otras cosas. Creo que está todo conectado y vamos siempre para adelante, intentando hacer algo distinto.
(Télam)