El Reino Unido anunció la reapertura de proyectos de petróleo y gas en el mar del Norte, en un intento por terminar con la dependencia del país de los combustibles fósiles de Rusia y reducir el costo de las tarifas de energía de los hogares, que se dispararon como consecuencia de la invasión de Ucrania.
En ese sentido, el Secretario del Departamento de Empresa, Energía y Estrategia Industrial, Kwasi Kwarteng, dijo en un comunicado que lanzará una ronda de licencias para proyectos en el mar del Norte a fines de este año.
Recordó que el mar del Norte proporcionó al Reino Unido un suministro interno estable de petróleo y gas durante los últimos 50 años y tiene un gran futuro.
Agregó que también ha generado "importantes ingresos fiscales por valor de 375.000 millones de libras para financiar nuestros servicios públicos".
"Como el primer ministro (Boris Johnson) y yo mismo hemos expuesto en la Estrategia de Seguridad Energética, la producción nacional es ahora más importante que nunca, reconociendo que habrá una demanda continua de petróleo y gas en las próximas décadas, mientras facilitamos la transición a una energía barata, limpia y de producción nacional", expresó.
"Por eso hemos tomado medidas para eliminar los obstáculos que aceleran la producción y hemos confirmado que la NSTA (Autoridad de Transición del mar del Norte) tiene previsto poner en marcha otra ronda de concesión de licencias en otoño, teniendo en cuenta el próximo control de compatibilidad climática y la necesidad de seguridad energética nacional", indicó el funcionario.
Dejó en claro también que el Reino Unido no se doblegará a "la voluntad de los activistas que ingenuamente quieren que extingamos la producción en la plataforma continental del Reino Unido".
"Hacerlo pondría en riesgo la seguridad energética y los puestos de trabajo británicos, y simplemente aumentaría las importaciones extranjeras, mientras que sin reducir la demanda", alegó.
Según Kwarteng, aumentar, acelerar e invertir en la producción de energía nacional ayudará a seguir haciendo crecer la economía británica, a crear buenos puestos de trabajo en todo el país y, sobre todo, a reducir el consumo. (Télam)