La Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) que conduce Juan Pablo Brey celebró hoy la incorporación al "Manual de Buenas Prácticas de la Actividad Aérea" de la ficha técnica sobre radiaciones ionizantes sobre el personal en la aviación, informó el gremio.
Las empresas y aseguradoras de la actividad reconocieron y aceptaron incorporar a ese protocolo convencional el efecto de las radiaciones ionizantes sobre los trabajadores.
Brey sostuvo en un documento de prensa que la conquista "es histórica" para el país y la aviación latinoamericana, que ahora tiene "una herramienta imprescindible para cuidar y preservar la salud de los tripulantes de cabina basada en sólidas bases científicas".
La tarea sobre radiaciones cósmicas en las empresas del sector fue realizada por la mesa cuatripartita que conformaron Tripulantes de Cabina de Pasajeros de los Programas Nacionales de Prevención (Pronapre), organizada por la Superintendencia de Riesgos del Trabajo (SRT) e integrada por la Secretaría de Seguridad del gremio, Aerolíneas Argentinas, Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), Unión de Aseguradoras de Riesgos del Trabajo (UART), científicos del Conicet y la Universidad de San Martín.
"Luego de seis años de investigación y a partir del consenso de las partes, se firmó el anexo como ficha técnica de las 'Radiaciones Cósmicas en la Aviación Comercial', y se determinaron pautas y recomendaciones para empresas y personal", afirmó Brey, secretario de Prensa de la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte.
Ese manual exige a las aerolíneas la capacitación de los trabajadores en prevención a la exposición a radiaciones cósmicas ionizantes, la utilización de alguno de los sistemas informáticos para controlar las dosis recibidas por los tripulantes, la disponibilidad de los resultados de los cálculos de dosis recibidas y la declaración como personal "expuesto a radiaciones ionizantes" a quienes superen 1mSv/año para realizar exámenes médicos.
También se dispuso la planificación de las programaciones de vuelo de los tripulantes para que no superen los 6 mSv/año; la determinación como límite de intervención de esa dosis y la no programación de vuelos para quienes alcancen ese techo, además de la constitución de un legajo de salud de cada uno de los expuestos a radiaciones ionizantes.
"Los trabajadores deberán estar informados respecto de la exposición a radiaciones cósmicas ionizantes; solicitar los cálculos de dosis recibidas al empleador; someterse a exámenes médicos periódicos y señalar condiciones de embarazo a la aerolínea", afirmó. (Télam)