Facundo Imhoff, jugador del seleccionado argentino de vóleibol, fue el primer deportista de alta competencia en decir abiertamente que era homosexual, aunque su historia se hizo conocida recién en agosto de 2019 por haber formado parte del equipo que ganó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Lima.
El santafesino de 30 años, que actualmente juega en Bolívar Vóley, contó vivencias similares a las del basquetbolista Sebastián Vega. "Me lesionaba constantemente sin explicación aparente y sabía que era por eso. Cuando decidí contarlo, se terminaron las lesiones. El cuerpo mismo me lo estaba pidiendo", relató.
Imhoff es oriundo de Franck, un pueblito de 7.000 habitantes ubicado 25 kilómetros al oeste de Santa Fe, y viene de una familia muy conservadora (su mamá es catequista). Primero se lo contó a sus hermanos, amigos más cercanos y a sus padres, y después a sus compañeros de Lomas Vóley, el equipo donde jugaba, en 2014. Su confesión fue muy bien recibida por Lomas y los demás clubes de la Liga Argentina.
"Al aceptarme solté una mochila muy grande. Cuando lo conté, empecé a ser protagonista en la Liga, a jugar en la Selección. Mi rendimiento aumentó. Lo atribuyo 100% al haberme aceptado. Mejoré en mi personalidad, dejé de mentir, de aparentar. De gastar energías. Empecé a sentirme más auténtico, me hizo sentir bien", declaró Imhoff.
"La necesidad de liberarse está. Obviamente están los miedos, los prejuicios. Somos una sociedad muy machista y en el deporte se potencia", consideró Facundo, quien -al igual que Vega en el básquet- desea que su experiencia les sirva de ejemplo a otros deportistas gays para liberarse. "Ojalá sea un precedente para que los deportistas vivan su sexualidad libremente". (Télam)