CIUDAD DEL VATICANO, 24 ENE - La envidia "es la semilla de una guerra", una "charla con nosotros mismos que mata al otro pero que, si lo pensamos, no tiene consistencia" sostuvo hoy el papa Francisco.
Debemos estar atentos al carcoma de la envidia y de los celos, que "nos lleva a juzgar mal a la gente", a entrar en competencia, en la familia, en el barrio y en el trabajo, agregó el pontífice en la misa ofrecida en la Casa Santa Marta.
"La inquietud de los celos" comienza como un parásito "que te corroe por dentro.
Los celos son criminales, siempre buscan matar", afirmó.
Jorge Bergoglio señaló que hay quienes dicen: "sí, soy celoso de esto, pero no soy un asesino".
Y recordó: "Ahora.
Pero si continúas puedes terminar mal" porque se puede matar fácilmente "con la lengua, con la calumnia".
"Estemos atentos, porque esto es un parásito que entra en el corazón de todos nosotros, de todos nosotros!.
Y nos lleva a juzgar mal a la gente, porque en fondo existe una competencia: él tiene algo que yo no tengo.
Así comienza la competencia", explicó.
"Nos lleva a descartar a la gente, a una guerra.
Una guerra doméstica, una guerra de barrio, de puestos de trabajo.
Pero justamente en el origen, está la semilla de una guerra: la envidia y los celos", concluyó el Papa.
(ANSA).