El Museo de la Memoria y los Derechos Humanos de Chile, creado en 2010 con un cuantioso archivo de documentos y testimonios sobre los crímenes de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), cumplirá mañana su primera década de vida bajo el lema "el deber de recordar, el derecho a la memoria", enmarcado en un clima de intensa convulsión social.
Fundado el 11 de enero de 2010 durante el primer gobierno de Michelle Bachelet, el edificio santiaguino repasa desde el bombardeo al Palacio de La Moneda, sede del Ejecutivo durante el golpe de Estado del 11 de noviembre de 1973 contra Salvador Allende, hasta las portadas de diarios de todo el mundo sobre las elecciones de 1989, que hicieron de Patricio Aylwin el primer presidente de la democracia, tras 17 años de gobierno de facto.
Testimonios orales y escritos, documentos jurídicos, cartas, producción literaria, material de prensa escrita, audiovisual y radial, largometrajes y fotografías documentales forman parte de su invaluable acervo. Las cifras oficiales dan cuenta de 3.200 personas asesinadas por agentes del Estado durante la dictadura, 1.192 de ellas desaparecidas, y 40.000 encarceladas y torturadas por causas políticas.
El director del museo, Francisco Estévez, dijo a la agencia de noticias Efe que su misión, hoy, "es establecer vínculos entre la dictadura con las situaciones actuales en que se vulneran los derechos humanos en democracia" y por eso lanzó un ciclo enfocado en las protestas sociales que se repiten desde el 18 agosto último y que ya llevan cerca de 30 muertos, en el que presentarán obras los 18 de cada mes.
"La obligación es incorporar la dimensión actual", aseveró Estévez, respecto a un cuadro de situación del gobierno de Sebastián Piñera en donde los Carabineros fueron denunciados por abuso de fuerza por el Instituto Nacional de Derechos Humanos de Chile (DH), Amnistía Internacional, la Organización de las Naciones Unidas (U) y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), entre otros entes internacionales. (Télam)