PARIGI, 5 GEN - Los ciudadanos franceses comienzan a volver de vacaciones este lunes y se encuentran con el país como lo habían dejado, con los transportes públicos a los tumbos, el tráfico de los trenes en neto mejoramiento y el metro aún en gran parte detenido.
Por segundo mes consecutivo, después de haber batido todo record de duración de una huelga en Francia, la protesta contra la reforma de las pensiones bloqueada en el país, con el presidente Emmanuel Macron que en el mensaje de fin de año aseguró de querer llegar a fondo con su proyecto.
Un deseo, este último, compartido por el 45% de los franceses, con una mayoría que no espera que el presidente continúe con la mano dura.
Cae, en cambio de a poco, el apoyo popular a la protesta, que recoge todavía el 44% de las adhesiones.
Mañana, la SNCF (la operadora ferroviaria francesa) prevé un "mejoramiento significativo" del tráfico ferroviario sobre una escala nacional con 8 trenes sobre 10 de alta velocidad (TGV) en funcionamiento, 1 Intercity sobre 3 y 2 regionales sobre 3.
El tráfico en cambio aún muy reducido sobre las líneas del metro y de la RER, los trenes que van a los suburbios.
No faltan los anuncios de guerra: el sindicato CGT quiere reforzar el bloqueo de refinerías y depósitos de combustible, las asociaciones de abogados están en pie de guerra para defender las pensiones de su categoría, el Intersindacale puso dos manifestaciones en la agenda, jueves y sábado.
El día de la apertura de la mesa está programado para el martes, con los ministros de Trabajo, de la Salud, los responsables de las pensiones y de las finanzas públicas que recibirán a los interlocutores sociales.
(ANSA).