El ministro de Economía de Brasil, Fernando Haddad, afirmó hoy en el Foro de Davos, Suiza, que inversores y analistas le expresaron su preocupación sobre el intento de golpe de Estado ocurrido el 8 de enero en Brasilia.
El funcionario dijo estar "sorprendido" con el nivel de "preocupación" ante la invasión del Palacio del Planalto, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal por parte de simpatizantes del exmandatario ultraderechista Jair Bolsonaro, según consignó la agencia de noticias ANSA.
Haddad comentó que si bien algunos de sus interlocutores quedaron "shockeados" por el grado de violencia de los bolsonaristas, también están "aliviados" al saber que la crisis fue superada.
El titular de Hacienda viajó a Davos junto a la ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, en representación del Gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva, que asumió el 1 de enero pasado.
Haddad comentó hoy al hablar con periodistas que uno de los motivos de su viaje fue transmitir "tranquilidad" a la comunidad internacional, en su primer viaje al exterior tras asumir el cargo.
El ministro se reunió hoy con representantes de la fundación Open Society, del magnate George Soros, de la consultora Eurasia y almorzó con empresarios.
A su vez, dijo que espera lograr el equilibrio de las cuentas públicas en dos años: "Si se toma una serie histórica, nuestro objetivo es devolver los ingresos y gastos al mismo nivel que antes de la crisis pandémica, que es el 18,7% (del PIB en el Gobierno federal). Si lo conseguimos en dos años, podremos llevar el déficit a cero. Y esto será mucho más fácil si aprobamos la reforma fiscal", señaló, según recogió el portal G1, de Globo.
"Vamos a rever las medidas de (Bolsonaro) y también vamos a hacer la reforma tributaria, a repensar el esquema fiscal, pero lo fiscal es un requisito para el desarrollo, lo fiscal no es un fin en sí mismo", señaló en el segundo día del tradicional foro de líderes mundiales.
Además, dijo que su equipo buscará sacar a los consumidores de las listas de endeudados, para que puedan volver al mercado de consumo, así como aumentar el salario mínimo (por encima de la inflación), estimular la inversión y promover el comercio entre los países sudamericanos.
(Télam)