El Estado colombiano ofreció, a través delpresidente Gustavo Petro y del ministro de Defensa, IvánVelásquez, excusas públicas a las madres y familiares de 19víctimas de ejecuciones extrajudiciales perpetradas por miembrosdel Ejército entre 2002 y 2008. Lo hizo durante lo que la agencia Xinhua definió como un conmovedor acto realizado en la Plaza de Bolívar deBogotá. Las víctimas, oriundas en su mayoría del municipio de Soacha,aledaño a Bogotá, así como de la propia capital colombiana,conforman el caso bautizado por la prensa como "falsos positivos". Lo acontecido entonces constituye uno de los capítulos másescabrosos del conflicto armado colombiano, ocurrido durante elmandato del entonces presidente Álvaro Uribe Vélez (2002-2010). En un costado de la Plaza de Bolívar y frente al Palacio deJusticia de la capital colombiana, organizaciones de víctimas, asícomo representantes de la sociedad civil, instalaron pancartas ysímbolos alusivos a los hechos. Las víctimas de entonces, en su mayoría de origen humilde,fueron atraídas con propuestas de trabajo por miembros delEjército colombiano, para después ser ejecutadas y vestidas conindumentarias propias de la guerrilla, y así tener un registrocomo si se tratara de insurgentes dados de baja en medio decombates. "En el asesinato de estos jóvenes no sólo está el mecanismobárbaro de cambiar ascensos por muertos. Ese tema lo discutirántambién las fuerzas militares en su interior. Pero es uno peor: elde cambiar votos por muertos", señaló Petro en su intervención, enreferencia a que entonces se aspiraba a una nueva elección. El mandatario colombiano se refirió a la cifra entregada por laJurisdicción Especial para la Paz (JEP) en su informe sobreejecuciones extrajudiciales, que señala que fueron 6.402 laspersonas muertas por esta práctica ilegal en el país sudamericano. Sostuvo que esa "codicia" mató a los 6.402 jóvenes, lo quequeda en la historia del Ejército y "no se va a borrar nunca". Por su parte, el ministro Velásquez reiteró que los hechosavergüenzan a Colombia frente al mundo e insistió en que eventoscomo esos no deben ocurrir "nunca más". "Para honrar sus memorias, para decirle a Colombia y al mundoque los 19 jóvenes, a cuyos familiares y amigos abrazamos hoy conrespeto y solidaridad, no eran guerrilleros, no estaban realizandoninguna acción delictiva", sostuvo el jefe de la cartera deDefensa. El ministro continuó: "No asumieron ninguna confrontación con las fuerzas militares.Eran hombres cuyas vidas, sueños e ilusiones, se truncaron por laacción criminalde integrantes del Ejército". Las ejecuciones extrajudiciales por la que el Estado ofreciódisculpas fueron atribuidas por parte de la Sala de Reconocimientode la JEP a miembros del Ejército. Madres de los 19 jóvenes que fueron víctimas se presentaronante el público, conformado por unas 200 personas, y coincidieronen manifestar que la excusa pública es un acto incompleto. Sostuvieron que la excusa no era completa porque no venía departe de los funcionarios del gobierno vinculados de maneradirecta con las ejecuciones, ni por el presidente de entonces, aquien señalaron de ser el responsable directo de una política quepremiaba las bajas de forma indiscriminada para fortaleceroperativos exitosos en contra de la guerrilla. La madre de una de las víctimas, María Teresa Gil Betancur,afirmó a Xinhua que en el acto "están los que no deben estar". "Para nadie es un secreto que el responsable de la muerte delos muchachos es Uribe y el que debería estar sentado ahí esSantos",enfatizó Gil Betancur, en referencia al entonces ministro de Defensa (2006-2009, de nombre Juan Manuel) y luego fuepresidente de Colombia (2010-2018). Xinhua/NA NA