Las vivas de los alfereces, una tradicion que conjuga lo religioso y las raices indigenas

La Fiesta de San Esteban en Santiago del Estero es una devoción que conserva las tradiciones ancestrales, la cultura indígena y rituales particulares que la convierten en una celebración muy popular y convocante para fieles de a pie y jinetes.
Luego de las celebraciones, procesiones y devoción al santo, en la localidad de Sumamao, departamento Silípica, este lunes se llevaron a cabo las "Las vivas de los alféreces".
Los "vivas de los alféreces" se realizan al costado del altar del santo, en un círculo de tierra, cercado con palos y que en el medio están árboles en forma de camino, a lo que denominan "arcos" (ichas), que son muy coloridos, no solo porque están decorados, sino porque en sus ramas sostienen roscas, rosquetes y golosinas que los fieles colocan como ofrenda.
Alrededor de esos "arcos", los jinetes hacen varias vueltas, se acercan a la multitud que los aplaude, y les tiran "comida" para que éstos también lo coloquen en el medio.
"En esos arcos cada promesante deposita toda su cosecha y sus pedidos para que nunca nos falte el pan", comentó Eli Jiménez Juárez, quien es de la familia que tiene depositaria la imagen.
Los "vivas de los alféreces" son rondas de jinetes que, similar al juego de la sortija, intentan asir rosquetas y flores de papel que se encuentran en un poste colocados con ese objetivo.
"San Esteban estaba al cuidado de las viudas y los pobres y "las vivas" refleja un poco todo eso, ya que termina todo cuando los jinetes se suben a sacar las roscas, rosquetes y todo lo que está colgado para repartir a la gente que está a los costados", añadió.
"Esto reflejar un poco la historia que cuenta la Biblia, que Esteban y sus seguidores le dan de comer a los pobres y a las viudas", manifestó.
También en la jornada de hoy hubo promesantes que corren unos 4 kilómetros, desde la ribera del río Dulce hasta la imagen del santo, y "vienen por el monte, llegan a las casas donde tienen imágenes antiquísimas, esto es para representar cuando los indios antes tenían que correr cuando vino la colonización, algunos escapando y otros para hacer el trueque de granos, cuando iban en carreta desde Santiago del Estero hasta el puerto de Buenos Aires", explicó Eli Jiménez Juárez.
"Mi papá falleció a los 105 años y lo que él nos contaba es que esta veneración aquí en Santiago venía de la época de los bisabuelos, era de España, así que hace muchos años que San Esteban nos acompaña", dijo doña Hortencia Juárez, depositaria de la imagen venerada.
"San Esteban es un padre y una madre que no los tengo y que me trajo muchas bendiciones", expresó y remarcó que es una "agradecida con toda la gente, porque San Esteban es tradición y la gente es quien hace la fiesta para él". (Télam)