Un enfermero de 66 años fue condenado en Orán, en el norte salteño, a la pena de 18 años de prisión por abuso sexual en perjuicio de su propia hija y de una amiga de ella, las dos menores de edad al momento de sufrir los ataques a su intimidad, informaron hoy fuentes judiciales.
El juez de la Sala 1 del Tribunal de Juicio de Orán, Aldo Primucci, condenó al hombre por considerarlo autor del delito de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores agravados por el vínculo, la convivencia y la guarda, en perjuicio de su hija y abuso sexual gravemente ultrajante en perjuicio de la amiga de una de las hijas.
La fiscal de Pichanal, Sofía Fuentes, fue la encargada de llevar adelante la investigación, que inició en 2018, cuando una de las hijas del hombre, ya siendo mayor de edad, se animó a denunciar a su padre, en la localidad de Rivadavia Banda Sur.
"Desde que tengo uso de razón sufro abusos", aseguró la joven, quien relató innumerables hechos en los que el hombre la sometió a tocamientos, la hacía desvestirse y la penetraba con los dedos o la hacía ver pornografía; siempre cuando la madre estaba ausente.
La joven, además, contó que creía que las acciones de su padre eran "normales" y que, cuando se negaba, su papá le decía que era "aburrida".
Los hechos ocurrieron desde que ella tenía seis años, hasta los 11, cuando su madre le explicó que no debía dejar que nadie tocara sus partes íntimas.
Allí recién entendió que lo que sucedía "estaba mal", por lo que decidió contarle a su mamá, pero ella le creyó a su pareja, quien negó toda la situación y dijo "que era producto de la imaginación de las niñas".
La víctima, que debió continuar conviviendo con el padre, enfermero de profesión, hasta los 17 años, también denunció que el hombre abusó de una vecina.
La fiscal de Violencia Familiar y de Género, María Soledad Filtrín Cuezzo, estuvo a cargo de la acusación durante el juicio y, luego de probar los hechos, solicitó la pena de 18 años de prisión efectiva para el hombre, que fue concedida por el juez.
El magistrado dispuso la extracción del material genético del condenado, y su posterior incorporación en el Banco de Datos Genéticos; además de la toma de muestra fotográfica al penado conforme lo dispone la Acordada 12641, según protocolo de actuación judicial.
El enfermero ahora condenado continuará detenido y alojado en la Unidad Carcelaria 3, de la ciudad de San Ramón de la Nueva Orán, ubicada a 275 kilómetros al norte de la capital salteña.
Los voceros detallaron que se omitieron las identidades para preservar el derecho a la intimidad y confidencialidad de las víctimas, garantizadas por la Convención de los Derechos del Niño y otras normas vigentes. (Télam)