Invitada al programa PH: Podemos Hablar (Telefe), Florencia Peña recordó a su padre Julio, fallecido hace un año durante la cuarentena, y reveló haber encontrado una particular vía de comunicación con él.

La actriz y conductora confesó que está lejos de toda religión, y consideró “que la muerte es un paso a otro lugar mejor, que este es el infierno y lo mejor empieza cuando nos vamos”.

Aseguró haber tenido “una búsqueda espiritual muy grande” a lo largo de su vida, y que este último año conoció a una mujer que vive en España, con quien hizo apertura de registros akashicos para comunicarse con sus guías espirituales.

En tal contexto, relató un episodio paranormal que vivió con su padre, quien partió luego de haber luchado durante años contra un cáncer de páncreas, aunque en un principio su esperanza de vida fue de sólo tres meses.

“Mi papá se murió y yo conecto con Irene, esta mujer, y le cuento que se acababa de morir y que yo quería saber si estaba bien. Ella me dice que era muy pronto y que por eso era muy difícil verlo, porque los tiempos no son los mismos, pero que iba a intentarlo”, contó Florencia.

“Ella cierra los ojos y me dice: ‘Lo acabo de ver, pasó muy sonriente, tu padre era muy simpático. Me miró y me dijo puedo caminar’. Fue muy fuerte para mí, porque había sido el tema del último tiempo y ella no sabía nada”, comentó emocionada la actriz y dijo que luego, le recomendó la experiencia a su madre.

“Ella es más reticente. Lo hacemos y le aclaro que no sabía si iba a aparecer papá, pero que a lo mejor sí. Cuando Irene abre los registros lo primero que me dice es, ‘Acá está tu papá'. Me habló de muchas cosas hermosas que tenían que ver con nosotros. Dialogué con él a través de ella”, enfatizó.

Finalmente, en diálogo con el conductor Andy Kusnetzoff reveló: “Lo primero que le dijo Irene es que le estaba diciendo dos cosas: que saque las cenizas del cuarto, porque estaban ahí, y las lleve a hacer un último viaje en bicicleta, que es lo que ellos hacían cuando estaban en Córdoba”.

Y el segundo mensaje a su madre, “fue que supiera que él iba a estar cuando lo necesitara, y que cuando lo necesite que se tape con la manta roja (con que su mamá abrigaba al marido enfermo) porque iba a estar ahí”.

“Cuando le pregunté a mi mamá de su experiencia no podía parar de llorar. Ella me había dicho que sabía que eso iba a ser como un placebo, pero cuando le dijo todo fue fuerte. Mi papá le dijo que su misión ya había terminado, pero que ella todavía tenía cosas para hacer. Desde eso mi mamá está mejor”, concluyó emocionando a todo el estudio de TV.