Elisabet Casanovas, de Merli a un unipersonal en Buenos Aires

La actriz española Elisabet Casanovas, que se popularizó por interpretar a Tània en la serie "Merlí", desembarca en Buenos Aires con "Kassandra", un unipersonal que retoma a la Casandra de la mitología griega y la trae al siglo XXI, donde reactualiza las problemáticas.
Casanovas se presentará en dos únicas funciones, que se desarrollarán este viernes 7 y el sábado 8 en el marco de la octava edición del Festival Temporada Alta en Buenos Aires, antes de seguir hacia Montevideo y Lima.
Esta nueva edición del festival internacional que comienza hoy y se extenderá hasta el domingo 16 en las salas de TIMBRe4, propone una docena de piezas teatrales entre españolas, chilenas, francesas, venezolanas, mexicanas, uruguayas y peruanas, mesas redondas, un taller y un concurso de dramaturgia, entre otras actividades.
Casanovas tiene 25 años y su popularidad fue en aumento a partir de 2015, cuando se puso en la piel de Tània Illa, una estudiante un tanto insegura que descubre que su compañero de banco, de quien ella está enamorada, es homosexual, en la serie "Merlí", que seguía a un profesor de filosofía un tanto particular y a un grupo de estudiantes.
La actriz, cuyo trabajo actoral continúa en ascenso tras estrenar el martes pasado la serie "Drama" por la televisión española, atiende el teléfono a las cuatro y media de la tarde en su casa de Barcelona, mientras se toma un recreo en el armado de su valija para hablar con Télam sobre "Kassandra", la propuesta teatral que la hará tomar un avión esta noche para viajar por primera vez a la Argentina.
Se considera una persona ansiosa, pero se ríe mientras explica ese pequeño inconveniente que lleva consigo e intenta no confundir términos catalanes y españoles; afirma sentirse orgullosa de venir a Buenos Aires, ciudad que admira por su tradición teatral, y recuerda que la primera obra argentina que vio fue "El loco y la camisa", de Nelson Valente, a los 14 años en su ciudad natal.
La joven intérprete no puede decidir junto a qué actriz o actor local trabajaría si alguna vez le dieran la oportunidad de elegir, pero sí pone énfasis en que "los actores argentinos tienen una gran versatilidad porque están muy entrenados" y tienen menos "pudor" que sus colegas españoles.
El motivo que trae a Casanovas a Buenos Aires es Kassandra, una figura que el autor de la obra, Sergio Blanco, construye "como una refugiada" y eso "habla de la supervivencia como herramienta de los abusos de poder, algo que el personaje tiene que afrontar durante toda la vida", manifiesta la protagonista en charla con Télam.
Dirigida por Sergi Belbel, la obra parte del mito griego de Casandra, de quien se enamora Apolo y a quien le promete el don de la profecía a cambio poseerla; pero cuando comienza a desarrollar su poder en la adivinación, ella rechaza el amor del dios.
Dice la leyenda sobre Casandra, convertida en obra por Blanco, que ante ese rechazo Apolo la maldice escupiéndole en la boca y aunque ella continúa manteniendo el poder de descubrir el porvenir, nadie vuelve a creer en sus pronósticos: así es como Troya pierde la guerra contra los griegos y ella se convierte en esclava.
- Télam: ¿Qué podés adelantar de Kassandra?
- Elisabet Casanovas: Es un personaje que sobrevivió a la guerra, a muchos abusos sexuales, a abusos de poder y que sobrevivió a hacerse ella misma su camino después de la guerra. Es superviviente. Por eso contamos su historia, porque fue humillada durante toda su vida y queremos validar su dolor a través del espectador, de hacerla comprender y buscar la sanación con la gente. Belbel también aporta toques de humor. La supervivencia la lleva a reír mucho y es una puesta muy llamativa porque el texto es duro de transitar. Los puntos donde se cruzan el drama y la comedia resultan muy interesantes.
- T: ¿Cómo se adapta esta obra mitológica al siglo XXI?
- EC: Ella vive en un hotel y recorrió mucho por Europa. Escapó de la posguerra de su país y eso inevitablemente nos vincula con la gente que está en esa situación, las guerras del Mediterráneo, por ejemplo. Este personaje es transexual y, además, para sobrevivir debe prostituirse. La obra gira en torno a cómo ella vivió todo eso y a cómo se siente como mujer.
- T: ¿Qué debiste tener en cuenta a la hora de darle vida a una figura tan compleja?
- EC: No quería ser ofensiva con nada, porque yo como persona soy muy normativa, soy una mujer cis blanca. Trabajé el papel desde el respeto, busqué defenderla con la mujer que ella siempre sintió ser y desde el grito interno del abuso de poder que podemos sentir las mujeres en distintas situaciones. Es un personaje que tiembla en muchas partes de la sociedad. Por eso sentía una gran responsabilidad para tratar esos temas con respeto y comunicar ese dolor. Y para encarnar el personaje fue imprescindible entrar en su lenguaje, porque habla un inglés macarrónico y con pocas palabras, no hay frases hechas ni tiempos verbales. Fue un trabajo muy interesante.
- T: ¿La obra implicó algún tipo de desafío?
- EC: Sí. Por un lado la complejidad del personaje porque suponía un gran reto al abarcar muchos universos y, por otro lado, nunca había hecho un monólogo, aunque la obra siempre se hace con el público y el ritual que crea cuando elige ir a verte; es una comunicación directa. "Kassandra" es una pieza que abre muchos canales y uno de los que más me atraviesa es su relación con la persona que la secuestra, cómo se termina enamorando... Es una obra que tiene mucha crítica y llama a la reflexión. (Télam)