La policía antidisturbios del Líbano utilizó "fuerza excesiva" contra los manifestantes, en su mayoría pacíficos, que se concentraron anoche en el centro de Beirut, según las conclusiones de la G Human Right Watch, que definió a la actuación policial como la "represión más brutal" desde el inicio de las protestas antigubernamentales en octubre.
Al menos 220 personas resultaron heridas durante la represión contra una manifestación convocada en las inmediaciones de la sede del Parlamento libanés.
La noche de violencia obligó al presidente del país, Michel Aoun, a desplegar al Ejército en diferentes puntos del país.
Según HRW, la policía antidisturbios "lanzó gases lacrimógenos directamente contra los manifestantes en lugar de por encima de las multitudes, causando heridas graves cuando los proyectiles golpearon a los manifestantes en la cabeza".
Asimismo, los agentes también lanzaron gases lacrimógenos dentro de la mezquita de Mohamad al Amine "donde las mujeres, los niños y los heridos se habían refugiado de la violencia" y balas de goma contra los manifestantes, uno de los cuales acabó medio ciego por el impacto de un proyectil.
La G, citando a medios locales, denunció también que "la Policía antidisturbios golpeó y arrestó arbitrariamente a los manifestantes heridos luego de recibir el alta en los hospitales", publicaron la agencia de noticias EFE y Europa Press.
Las protestas en el Líbano se iniciaron a mediados de octubre agitadas por la crisis política y económica que atraviesa el país desde hace meses. Tras una tregua por las fiestas de fon de año, se reactivaron hace dos semanas por el estancamiento de las conversaciones para la formación del nuevo Ejecutivo, después de que el primer ministro Saad Hariri renunciara a su cargo a semanas del inicio de las movilizaciones.
Hasan Diab, designado primer ministro el último 19 de diciembre, no consiguió aún formar su Gabinete, que los manifestantes exigen que sea tecnócrata para que saque al país de la profunda crisis económica, con los bancos que aplican límites a la retirada de divisas y falta de liquidez en el sistema desde hace meses en un país fuertemente endeudado. (Télam)