Fernanda Garcia Lao: Los vinculos primeros son los que ocultan la mayor perversion
Con una realidad que se desborda frente al extrañamiento de lo cotidiano, Fernanda Garcia Lao construye en su nuevo libro de cuentos "El tormento mas puro" universos en los que irrumpe lo absurdo a traves de la supremacia de lo perverso y lo
Con una realidad que se desborda frente al extrañamiento de lo cotidiano, Fernanda García Lao construye en su nuevo libro de cuentos "El tormento más puro" universos en los que irrumpe lo absurdo a través de la supremacía de lo perverso y lo siniestro en el ámbito familiar.
La obra, editada por Emecé, roza lo fantástico con personajes descarriados por sus pasiones y sorprende con escenas retorcidas que evocan la naturaleza maldita de Horacio Quiroga, o la narrativa de Silvina Ocampo con la aparición de objetos cargados de amenazas y ambientes donde aflora lo erótico, lo onírico, lo incestuoso o la locura, narrado poéticamente.
"Hay algo más del estado que de la trama en cada cuento, busco un estado particular, imagino un universo breve que se puede sondear hacia abajo", explica la autora en una entrevista con Télam.
- Télam: ¿Por qué le interesa trabajar sobre lo perverso y lo siniestro en el momento de la escritura?
- Fernanda García Lao: No es un terreno elegido, tengo un componente contradictorio que me hace por un lado disfrutar del hecho de estar viva y por otro lado convivir con ese otro costado más consciente del horror. No imagino una ficción sin esas tensiones entre claroscuros y no me interesa como lectora. La bibliografía ocupa un lugar importante en mi formación y la biografía también: el hecho de haber salido en el 76 de mi país siendo chica y quedar sin lugar me marcó. Mis padres eran periodistas y nos fuimos a España más que por cuestiones políticas, por cuestiones éticas y por alguna amenaza concreta. Cuando te quedás sin patria y luego sin padre, porque murió en el exilio cuando yo tenía 16 años, estás obligada a reflexionar sobre cuestiones que en la adolescencia otros pibes no vivieron.
- T: En sus cuentos el horror a veces convive con el humor. ¿Funciona como forma de distanciarse del costado más terrible de la realidad?
- F.G.L.: La seriedad me resulta sospechosa y a la excesiva formalidad no la soporto, soy malísima para acatar normas, y lo que era un defecto de niñez y juventud intenté hacerlo virtud en la escritura. Pero creo que tiene que ver con las lecturas muy precoces del teatro del absurdo que marcaron un terreno poético en los que tengo asociados el humor y la poesía como ese permiso de revelación, porque el humor es siempre imprevisto. Como en la escritura trabajo con mucha oralidad el mismo divague del fraseo me lleva a ese terreno y cuando pongo el pie en el freno y veo que me falta brillo o me pongo muy obtusa suelto la tensión y permito que entre el goce, porque para mí el humor es goce, humor negro, pero humor al fin.
- T: El título "El tormento más puro" remite a lo sacrificial como algo placentero, ¿cómo fue esa elección?
- F.G.L.: Asocio lo puro con lo primero, lo recién nacido, por eso en los cuentos hay gente apareciendo y desapareciendo y también lo asocio con la escritura: para mí la escritura es un tormento puro. Tormento viene de arrancar una confesión, una tortura en realidad, la escritura es confesión y no precisamente la autoficción donde uno enmascara, a mí la autoficción no me sale. Habría que desmalezar para ver qué es mío y qué no, qué es escuchado, qué ha sido fortuito o provocado.
- T: ¿Considera que el ámbito familiar propicia lo perverso, y en ese sentido la dedicatoria del libro a su madre funciona como una ironía?
- F.G.L.: Mi madre murió hace dos meses, y le dediqué el libro porque nunca lo había hecho antes. Tuvimos una relación tensa y en los últimos dos años nos redescubrimos. Mi madre trajo la biblioteca familiar con autores como Henry Miller que leí desde muy chica. En mi casa había una contradicción entre lo que se podía leer o escribir, y lo que se podía vivir. Por ser mujer, en mi familia cualquier permiso que me pudiera dar en relación a explorar el mundo se reprimía bastante, había como un placer intelectual y no vital en la exploración del conocimiento. No me considero una intelectual, a mí me gusta pensar con todo el cuerpo y entender el mundo desde el ámbito de lo sensible. El conflicto con la madre es también un tormento y es puro a la vez y es inamovible, es para siempre. Creo que los vínculos primeros son los que ocultan la mayor perversión en las sociedades.
- T: Lo sexual y lo erótico aparecen unido a lo trágico en algunos cuentos, ¿cómo surge esa asociación?
- F.G.L.: La primera estampa que recuerdo como atribulada entre lo erótico y lo trágico está relacionada a la iglesia. Fuimos a misa hasta que tuve 8 años y estábamos obligadas con mis hermanas a hacer presencia en un acto que no entendíamos del todo: me resultaba muy atractivo que hubiera un hombre semidesnudo con llagas y se hablara de la carne, de la sangre y se la bebieran y se lo comieran me parecía muy delirante y por otro lado me sentía atraída porque decía me estoy perdiendo algo. A los seis años hice la fila para comulgar y cuando llegué al cura me apartó de la fila, por mi edad, y creo que me convertí en escritora, porque era la apartada de la fila, la apartada de la norma. (Télam)
La obra, editada por Emecé, roza lo fantástico con personajes descarriados por sus pasiones y sorprende con escenas retorcidas que evocan la naturaleza maldita de Horacio Quiroga, o la narrativa de Silvina Ocampo con la aparición de objetos cargados de amenazas y ambientes donde aflora lo erótico, lo onírico, lo incestuoso o la locura, narrado poéticamente.
"Hay algo más del estado que de la trama en cada cuento, busco un estado particular, imagino un universo breve que se puede sondear hacia abajo", explica la autora en una entrevista con Télam.
- Télam: ¿Por qué le interesa trabajar sobre lo perverso y lo siniestro en el momento de la escritura?
- Fernanda García Lao: No es un terreno elegido, tengo un componente contradictorio que me hace por un lado disfrutar del hecho de estar viva y por otro lado convivir con ese otro costado más consciente del horror. No imagino una ficción sin esas tensiones entre claroscuros y no me interesa como lectora. La bibliografía ocupa un lugar importante en mi formación y la biografía también: el hecho de haber salido en el 76 de mi país siendo chica y quedar sin lugar me marcó. Mis padres eran periodistas y nos fuimos a España más que por cuestiones políticas, por cuestiones éticas y por alguna amenaza concreta. Cuando te quedás sin patria y luego sin padre, porque murió en el exilio cuando yo tenía 16 años, estás obligada a reflexionar sobre cuestiones que en la adolescencia otros pibes no vivieron.
- T: En sus cuentos el horror a veces convive con el humor. ¿Funciona como forma de distanciarse del costado más terrible de la realidad?
- F.G.L.: La seriedad me resulta sospechosa y a la excesiva formalidad no la soporto, soy malísima para acatar normas, y lo que era un defecto de niñez y juventud intenté hacerlo virtud en la escritura. Pero creo que tiene que ver con las lecturas muy precoces del teatro del absurdo que marcaron un terreno poético en los que tengo asociados el humor y la poesía como ese permiso de revelación, porque el humor es siempre imprevisto. Como en la escritura trabajo con mucha oralidad el mismo divague del fraseo me lleva a ese terreno y cuando pongo el pie en el freno y veo que me falta brillo o me pongo muy obtusa suelto la tensión y permito que entre el goce, porque para mí el humor es goce, humor negro, pero humor al fin.
- T: El título "El tormento más puro" remite a lo sacrificial como algo placentero, ¿cómo fue esa elección?
- F.G.L.: Asocio lo puro con lo primero, lo recién nacido, por eso en los cuentos hay gente apareciendo y desapareciendo y también lo asocio con la escritura: para mí la escritura es un tormento puro. Tormento viene de arrancar una confesión, una tortura en realidad, la escritura es confesión y no precisamente la autoficción donde uno enmascara, a mí la autoficción no me sale. Habría que desmalezar para ver qué es mío y qué no, qué es escuchado, qué ha sido fortuito o provocado.
- T: ¿Considera que el ámbito familiar propicia lo perverso, y en ese sentido la dedicatoria del libro a su madre funciona como una ironía?
- F.G.L.: Mi madre murió hace dos meses, y le dediqué el libro porque nunca lo había hecho antes. Tuvimos una relación tensa y en los últimos dos años nos redescubrimos. Mi madre trajo la biblioteca familiar con autores como Henry Miller que leí desde muy chica. En mi casa había una contradicción entre lo que se podía leer o escribir, y lo que se podía vivir. Por ser mujer, en mi familia cualquier permiso que me pudiera dar en relación a explorar el mundo se reprimía bastante, había como un placer intelectual y no vital en la exploración del conocimiento. No me considero una intelectual, a mí me gusta pensar con todo el cuerpo y entender el mundo desde el ámbito de lo sensible. El conflicto con la madre es también un tormento y es puro a la vez y es inamovible, es para siempre. Creo que los vínculos primeros son los que ocultan la mayor perversión en las sociedades.
- T: Lo sexual y lo erótico aparecen unido a lo trágico en algunos cuentos, ¿cómo surge esa asociación?
- F.G.L.: La primera estampa que recuerdo como atribulada entre lo erótico y lo trágico está relacionada a la iglesia. Fuimos a misa hasta que tuve 8 años y estábamos obligadas con mis hermanas a hacer presencia en un acto que no entendíamos del todo: me resultaba muy atractivo que hubiera un hombre semidesnudo con llagas y se hablara de la carne, de la sangre y se la bebieran y se lo comieran me parecía muy delirante y por otro lado me sentía atraída porque decía me estoy perdiendo algo. A los seis años hice la fila para comulgar y cuando llegué al cura me apartó de la fila, por mi edad, y creo que me convertí en escritora, porque era la apartada de la fila, la apartada de la norma. (Télam)
Te puede interesar
Guía real de casino online en argentina pruébenlo
Cómo elegir y usar un casino online en Argentina con enfoque local, métodos de pago claros y consejos prácticos para jugar con cabeza. Lean y decidan.
Estrategias visuales y mecánicas que impulsan la repetición en tragamonedas
Análisis del diseño sonoro, visual y matemático que provoca la continuidad del juego en las tragamonedas modernas.