El 8 de julio de 2024, Gastón Tallone, un empresario con vínculos en el puerto de Concepción del Uruguay y antecedentes por falsificación de moneda, fue secuestrado en las inmediaciones del barrio porteño de Abasto.

Desde entonces, su paradero es desconocido, a pesar de que su familia pagó un rescate millonario. El caso, que ha destapado una intrincada red de venganzas y conexiones con el narcotráfico, mantiene en vilo a la Justicia y la opinión pública.

Un secuestro con olor a venganza

Según las investigaciones, el secuestro de Tallone está relacionado con una deuda de 500 mil dólares que el empresario habría contraído con narcotraficantes.

“Buenas noches cumpa, la cosa es corta. El ladrón está acá con nosotros y está bien. O devuelven la droga y los 500 mil dólares que se robó y todo se termina y él vuelve. Le robó a todos los narcos y ahora toca pagar. Si baten la cana, bajamos y vamos por todos ustedes y sus ayudantes. Con la mafia no se jode”, fue el mensaje extorsivo que recibió la familia de Tallone, según documentos judiciales.

El rescate fue pagado en una estación de servicio en la zona de Belgrano, pero a pesar de ello, Tallone sigue sin aparecer. La Justicia presume que el empresario podría estar muerto, aunque las investigaciones continúan.

Los detenidos: un abogado y un narco internacional

En el marco de la investigación, hay dos personas detenidas. Uno de ellos es José Uriburu, un abogado que, según los fiscales, sería quien realizó el primer contacto extorsivo con la familia de Tallone. Uriburu, en su defensa, asegura ser una víctima y no un victimario en este caso.

“El auto utilizado para el traslado de Tallone registra una oblea de peaje a nombre de Gustavo Adolfo Juliá, quien lo abona a través de una tarjeta de crédito suya”, revela una fuente clave del caso, vinculando al segundo detenido, Gustavo Juliá, con el secuestro.

Juliá es conocido por haber cumplido una condena de 13 años en España por el tráfico de 944 kilos de cocaína en el caso “Narcojet”.

En 2023, fue detenido en Vicente López en una causa por contrabando de oro a Estados Unidos, pero fue liberado tiempo después. Ahora, su nombre vuelve a aparecer en las crónicas judiciales, esta vez relacionado con el secuestro de Tallone.

La conexión con el puerto de Concepción del Uruguay

Gastón Tallone no es un desconocido en los círculos judiciales. En 2013, enfrentó una causa por falsificación de moneda en un juzgado federal del conurbano bonaerense.

Además, en su provincia, Entre Ríos, estaba siendo investigado por la fiscal federal Josefina Minata en un expediente por lavado narco. La intervención de sus teléfonos fue clave para descubrir su secuestro, aunque no fue suficiente para evitarlo.

La Justicia en la mira

El caso de Tallone ha puesto en evidencia las conexiones entre el crimen organizado y sectores económicos clave en Argentina. La intervención telefónica y la rápida respuesta de la familia no fueron suficientes para garantizar la liberación del empresario.

Los fiscales Santiago Marquevich y Josefina Minata, quienes llevan adelante la causa, trabajan contra reloj para resolver un caso que ya tiene todos los elementos de un crimen sin resolución.

Mientras tanto, la incertidumbre sobre el destino de Gastón Tallone sigue creciendo. La familia, que cumplió con las exigencias de los secuestradores, vive horas de angustia esperando un desenlace que, hasta ahora, solo ha traído más preguntas que respuestas.