Rusia intensifica ataques y deja a Ucrania sin electricidad

El presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció este jueves que Rusia llevó a cabo un ataque masivo sobre territorio ucraniano como respuesta directa al uso de armas de largo alcance proporcionadas por países occidentales. Desde Astaná, durante una cumbre de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), Putin confirmó el lanzamiento de 90 misiles y 100 drones, alcanzando un total de 117 objetivos estratégicos en diversas regiones de Ucrania.

"Estos ataques responden a las acciones recientes de Kiev con armamento occidental que pone en peligro nuestra seguridad nacional", declaró el mandatario. Este despliegue marca una escalada en el conflicto, que se ha intensificado tras la autorización de Estados Unidos para que Ucrania utilice misiles ATACMS en territorio ruso.

Ucrania denuncia ataques a su red energética

En paralelo, Ucrania calificó este ataque como otro intento de Rusia de dejar al país sin luz y calefacción en pleno invierno. Herman Galushchenko, ministro de Energía ucraniano, denunció que el sistema eléctrico nacional fue nuevamente blanco de una ofensiva masiva, obligando a la empresa estatal Ukrenergo a implementar cortes de emergencia para mitigar los daños.

Según informes oficiales, ciudades como Járkov, Sumi y Volinia sufrieron impactos significativos en su infraestructura energética. Además, el jefe regional de Lviv, Maksym Kozytskyi, informó que más de 500.000 personas están sin electricidad, mientras que otras regiones como Rivne y Volyn también enfrentan cortes generalizados.

Zelensky acusa a Rusia de tácticas de terror

El presidente de Ucrania, Volodimir Zelensky, acusó al Kremlin de usar el invierno como un arma para quebrar la moral de la población. "Buscan sumergirnos en la oscuridad y el frío. Este bombardeo masivo golpeó todas las regiones del país", expresó en su canal de Telegram.

Zelensky también destacó el uso de drones Shahed y misiles de última generación como parte de esta ofensiva. Según él, los ataques rusos están diseñados para causar un daño significativo no solo al sistema energético, sino también a la población civil.

Escalada internacional: armas occidentales en el centro del conflicto

Este ataque ruso se produce luego de que Ucrania utilizara por primera vez misiles ATACMS suministrados por Estados Unidos, golpeando objetivos en territorio ruso. La respuesta del Kremlin incluyó el uso de un misil hipersónico, un arma que Moscú no había desplegado anteriormente en el conflicto.

Putin advirtió que cualquier ataque aéreo masivo en suelo ruso podría desencadenar una respuesta nuclear, elevando la tensión a niveles alarmantes. Por su parte, Estados Unidos ha endurecido su postura al autorizar el envío de nuevas armas, incluidas minas terrestres antipersonales, para reforzar la defensa ucraniana.

Más de un millón de ucranianos sin electricidad

El impacto de los ataques rusos ha dejado a más de un millón de ucranianos sin electricidad, según informó Sergey Kovalenko, CEO de la empresa energética Yasno. Mientras las temperaturas caen por debajo de los 0°C, la ONU advirtió que esta situación podría provocar una crisis humanitaria sin precedentes.

"La infraestructura energética ucraniana está siendo atacada con misiles diseñados específicamente para cortar el suministro eléctrico durante el invierno", afirmó Andriy Yermak, jefe de gabinete de Zelensky. Los ingenieros trabajan contrarreloj para restaurar el servicio, aunque los daños son generalizados.

Un invierno crítico en medio de la guerra

Este ataque es el undécimo de este tipo en lo que va de 2024, consolidando una estrategia rusa de desgaste contra Ucrania. Mientras tanto, la llegada de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos añade incertidumbre, ya que ha expresado su intención de negociar una tregua, aunque bajo términos que podrían incluir concesiones territoriales por parte de Ucrania.

El conflicto, lejos de apaciguarse, parece encaminado a un invierno marcado por el sufrimiento civil, la escalada militar y la presión internacional para buscar una solución al enfrentamiento más sangriento en Europa desde la Segunda Guerra Mundial.