Acindar suspende operarios por caída histórica en la producción de acero

La crisis en la industria siderúrgica argentina golpea con fuerza a Acindar, una de las principales empresas del sector, que ha tenido que paralizar su producción en la planta de Villa Constitución, en Santa Fe. Esta medida afecta directamente a más de 700 trabajadores, entre los que se encuentran empleados permanentes y contratados. La decisión responde a una caída de la demanda que ha llevado a la empresa a suspender turnos y adelantar vacaciones.

Según lo informado por Pablo González, secretario general de la UOM Villa Constitución, 2024 está siendo el peor año en la historia de la compañía, con una caída del 50% en la producción respecto al año anterior. Mientras en 2023 se produjeron 1.200.000 toneladas, este año la cifra cayó a 600.000 toneladas. González también recordó que en un año "normal" Acindar produce alrededor de un millón de toneladas.

Suspensiones y vacaciones adelantadas

Las suspensiones afectan principalmente al sector de acería, con alrededor de 350 empleados alcanzados. La mayoría de estos trabajadores se verán obligados a tomar vacaciones adelantadas. En algunos casos, las suspensiones se extenderán hasta el 6 de enero y, para otros, hasta el 13 de enero. Sin embargo, desde la empresa ya han advertido que la situación podría agravarse si la demanda sigue en caída.

Desde mitad de año, la empresa y el sindicato habían alcanzado un acuerdo para suspensiones, el cual estaba vigente hasta el 31 de diciembre. La decisión de parar parte de la producción corresponde a una parada programada de la línea de acería, que normalmente se realiza a finales de año para tareas de mantenimiento y reparaciones. Sin embargo, la caída de la demanda de acero ha obligado a tomar medidas más drásticas.

Además de los empleados directos, también se encuentran suspendidos los contratistas, quienes suman aproximadamente 400 personas más a la lista de afectados.

Factores detrás de la crisis: caída en la demanda y competencia externa

Los principales factores que explican esta situación son, por un lado, la caída de la demanda interna, producto de la desaceleración en la obra pública. Según los gremialistas, esta caída es la principal causa de la baja en la producción. A ello se suma la competencia desleal que enfrenta Acindar debido a la devaluación del real en Brasil, que ha hecho que el acero brasileño llegue a Argentina a precios más competitivos.

El otro factor de preocupación es la posible importación de acero chino, debido a la apertura de las importaciones, lo que amenaza con agravar aún más la situación de las siderúrgicas locales.

Retrasos salariales y conflicto por paritarias

En paralelo a las suspensiones, los trabajadores han comenzado a enfrentar otros problemas, como los retrasos salariales y el incumplimiento de la actualización de las paritarias. Según González, los salarios correspondientes a junio aún no han sido completamente actualizados, lo que ha generado tensiones dentro de la planta. Además, el sindicato denuncia que los trabajadores solo están cobrando un 75% del sueldo por cada día suspendido, lo que agrava aún más la situación económica de los empleados.

El sector metalúrgico en crisis

La situación de Acindar no es aislada. De acuerdo con el Departamento de Estudios Económicos de la Asociación de Industriales Metalúrgicos (ADIMRA), el sector metalúrgico en general ha registrado una caída de producción del 7,1% interanual en noviembre. Además, la utilización de la capacidad instalada se encuentra en su nivel más bajo en años, con solo el 50,5% de la capacidad operativa en uso.

Este panorama generalizado de crisis afecta a todos los subsectores de la metalurgia, con excepción de Maquinaria Agrícola y Carrocerías, que en 2023 fueron de los más golpeados por la sequía.

El futuro incierto

La incertidumbre es el clima que predomina en el sector siderúrgico y metalúrgico argentino, especialmente con la entrada de productos importados y la caída de la actividad interna. Acindar, por su parte, deberá enfrentar una situación cada vez más compleja, con un mercado de acero que se enfrenta a la competencia extranjera y a la reducción de la demanda local. La falta de soluciones rápidas podría llevar a nuevas paradas de producción y a más trabajadores afectados.