La izquierda española, ante la oportunidad de reforzarse frente a la derecha en nuevos comicios

Los partidos españoles entraron hoy de lleno en campaña camino a las elecciones municipales, regionales y europeas del 26 de mayo, que completarán el mapa del poder político de España tras la reciente victoria de los socialistas de Pedro Sánchez y la irrupción de los ultraderechistas de Vox.
El Partido Socialista (PSOE) de Sánchez se convirtió en una luz de esperanza para la socialdemocracia de Europa al haber logrado recuperar el lugar de primera fuerza española luego de 11 años de crisis y castigo en las urnas.
La coincidencia de las elecciones españolas con las europeas refuerza la importancia de esta cita con las urnas, en la que está en juego la consolidación del poder de las fuerzas progresistas y de izquierda frente a los partidos de la derecha y extrema derecha, en pleno auge en Europa.
Al frente del Ejecutivo, los socialistas españoles tienen ahora la oportunidad de ganar poder territorial de la mano de la izquierda, mientras el conservador Partido Popular (PP) de Pablo Casado lucha por frenar su caída y no ceder más espacio a los liberales de Ciudadanos y a Vox.
Con el lema "Siempre hacia adelante", Sánchez inició la campaña con el impulso de los resultados de la encuesta del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS, público), que pronostica una contundente victoria socialista en la mayoría de las comunidades autónomas que acuden a las urnas.
Además, los socialistas lograrían una conquista emblemática al hacerse con el poder en la Comunidad de Madrid, feudo del PP en los últimos 24 años, mientras el izquierdista Unidas Podemos y sus aliados conservarían los gobiernos municipales de "cambio" en Madrid, Barcelona, Valencia y Santiago de Compostela, entre otros, según el CIS.
Ante este panorama, el PSOE busca no caer en el triunfalismo y apelar a la figura de su reforzado líder para insistir en la necesidad de que el electorado progresista y de izquierda no se desmovilice frente a la amenaza todavía latente de la derecha.
Por su parte, Unidas Podemos, que en las elecciones del 28 de abril retrocedieron por una fuga de votos "útiles" hacia el PSOE, intentarán recuperar terreno para pactar con los socialistas a nivel local y regional a pesar de que enfrentan los comicios con divisiones internas y distintas siglas.
No obstante, si logran reforzarse, los liderados por Pablo Iglesias tendrán también más poder para negociar de cara a la formación del futuro Ejecutivo que encabezará Sánchez.
En tanto, el PP, en pleno declive, y Ciudadanos, en ascenso, se disputarán la hegemonía del bloque de derechas.
Tras su debacle histórica en las generales, Casado regresó a la centralidad política con el objetivo de recuperar los votos que se fugaron a Ciudadanos y Vox, recordando que no han sido "útiles" para sacar a Sánchez de La Moncloa, sino que lo reforzaron.
Su objetivo es resistir al avance de Ciudadanos, cuyo líder Albert Rivera aspira a superar al PP en feudos regionales de la derecha, como Madrid, o en grandes urbes como Barcelona, Sevilla, Valencia y Zaragoza.
Vox, que emergió como una sorpresa en los comicios de Andalucía de diciembre y entró en el Parlamento español con menos fuerza de la esperada, vuelve a ser la gran incógnita, ya que será la primera vez que enfrente unas elecciones a nivel local y regional en casi todo el país.
El desafío de la izquierda es lograr que la extrema derecha no se gane a los sectores más desfavorecidos -el objetivo de Vox en la campaña-, como está ocurriendo en el resto de Europa.
Asimismo, los comicios serán una prueba de fuego para los secesionistas catalanes, quienes nunca han conquistado el gobierno de Barcelona, que ahora disputan por pocos votos a la progresista Ada Colau. (Télam)