Patricio Rago y el circuito de libros usados como un sistema de azares

La circulacion de libros usados se despliega en la ciudad de Buenos Aires en librerias, parques como el Rivadavia y el Centenario o en puntos clasicos como Plaza Italia, y Patricio Rago, en sus cronicas de "Ejemplares unicos", potencia las multiples

D-Interés02 de noviembre de 2022 Agencia Télam
La circulación de libros usados se despliega en la ciudad de Buenos Aires en librerías, parques como el Rivadavia y el Centenario o en puntos clásicos como Plaza Italia, y Patricio Rago, en sus crónicas de "Ejemplares únicos", potencia las múltiples aristas de esa circulación para indagar en cómo se desarman y vuelvan a armar bibliotecas o qué alcances tienen las pasiones por la búsqueda de un título que no está entre las novedades y, a veces, hasta se constituye en una obsesión.
Hay algunos de los que considera joyas que no los ofrece en su cuenta de Instagram y están solo en un espacio de la librería. En ese espacio, al que llegan quienes se acercan a Scalabrini Ortiz 605, están "Hablando del asunto", de Julian Barnes; "El verano en que mi madre tuvo los ojos verdes", de Tatiana Tibuleac; y "Pedro Páramo", de Juan Rulfo, entre otros.
-T: Al final del libro hay un mapa en el que se pueden encontrar otras librerías de usados. ¿Cómo ves ese circuito?
-P.R: El mapa tiene situaciones del libro, y claro hay también librerías. Creo que con la tradición de librerías de usados que hay en Buenos Aires, con libreros con mucha experiencia, recomendadores, hay que movilizar mucho el circuito y el alcance de los libros usados.
-T: ¿Cómo ves el panorama del libro pospandemia?
-P.R: Hay una tradición librera y lectores que se vuelcan al usado en los parques como el Rivadavia, Plaza Italia, Centenario y en librerías del centro. Hay otras que se volcaron a lo digital, cerraron sus locales y venden con catálogo por internet. Es verdad que la lectura en general compite con las tecnologías: tenés Netflix, el celular, un montón de cosas. Se sigue editando mucho porque el libro en papel lo que ofrece, en contra de las tecnologías, es un vínculo afectivo, el tacto, el olfato. Soy anti libro electrónico. No lo mandaría a la hoguera pero la experiencia de poder tocar el libro, leerlo, llevarlo a todos lados no tiene comparación. Es como que me digas no voy más a un concierto de música porque lo ves por YouTube. Está bien pero no podés comparar la experiencia.
-T: ¿Y cómo es la compra? ¿Hay épocas del año que identificás como de mayor ofrecimiento de libros usados?
-P.R: La compra es azarosa, hay semanas que no voy a ningún lado, otras que compro 200, 50, 500. No hay época del año en la que se mueva más. Quizás diciembre, pero es azaroso. A veces hay clientes que te traen y cambiás. No siempre es ir a ver. Cuando arranqué hacia entregas sin cargo, vendía desde casa, armaba un mailing donde hacía un listado de libros que recomendaba y les ponía precio, se lo terminé mandando como a 3000 personas. Tenía clientes que estaban en diferentes zonas de Capital Federal a los que les iba entregando. Muchos aún hoy me siguen comprando. (Télam)
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