Rogelio Iparraguirre apuntó contra la gestión Lunghi: “Es necesario tener un intendente del siglo 21”

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En diálogo con Grupo LA PROVINCIA, el candidato a intendente del Frente de Todos en Tandil, Rogelio Iparraguirre, analizó el escenario electoral y cuestionó duramente a la gestión municipal encabezada por el jefe comunal de Juntos por el Cambio, Miguel Ángel Lunghi.

-¿Cómo se encuentra la ciudad de Tandil en el contexto nacional y provincial y cómo evalúa la gestión municipal actual?

Tandil no escapa a lo que nos ocurre a los argentinos y a los bonaerenses. Es decir, hay un notorio corrimiento del trabajo de la agenda pública, tanto del gobierno de Macri, Vidal y del doctor Lunghi en la ciudad de Tandil. Esto se ha visto reflejado en todos los indicadores.

Los tandilenses siempre sentimos orgullo por nuestra matriz productiva diversificada que ha permitido, en otras crisis, tener un nivel de resiliencia mayor, quizás a la de otras localidades intermedias de la Provincia y el país. Esta vez esa posibilidad que tenía Tandil de reflotar la crisis se derrumbó. La crisis está pegando en toda la línea de flotación, en los sectores industriales, en el agro, en los pequeños y medianos productores, en los productores porcinos, agrícolas, ganaderos, en el sector de los servicios, en el sector público y en los sectores más postergados de nuestra sociedad, aquellos que padecen el desempleo, el subempleo.

Tenemos una tasa de desempleo en la ciudad de Tandil del 11.8%, según los últimos registros hechos por la Facultad de Ciencias Económicas y la Cámara Empresaria, que cuando lo llevamos a menores de 35 años asciende al 19%, pero si además son mujeres roza el 27%, nunca habíamos tenido estos números. En la ciudad de Tandil el consumo de carne cayó un 53% en góndola, con lo que esto implica: la gente empieza a reemplazar las dietas de carnes y proteínas por hidratos y sabemos las consecuencias que esto tiene en la salud.

En Tandil ha caído un 19% interanual la venta del expendio de gasoil, que está muy vinculado a la actividad agropecuaria.

Todo esto se agrava mucho más cuando te encontrás con una situación política y de manejo de la gestión estatal de un gobierno que lleva 16 años de ejercicio ininterrumpido: el gobierno del doctor Lunghi, con el mismo equipo hace 16 años, que ha entrado en un círculo vicioso, en donde las consecuencias las padecemos el conjunto de los vecinos. En primer lugar, porque ha perdido de vista algo esencial que es que el poder es apenas una circunstancia para quienes ejercen los cargos públicos.

Esta circunstancia puede prolongarse más o menos en el tiempo, pero el verdadero poder reside en las manos de nuestros vecinos que cada dos años van a las urnas con su voto, pero este gobierno ha perdido de vista esto y cree que es la misma fuente de la cual emana el poder. De ahí obviamente empieza a creer que la realidad es la que ellos quieren que sea y no la que efectivamente es. Entonces pierden registro de la realidad tal cómo se nos muestra, por más dura y cruda que pueda parecer, como aparece en este momento.

Ayer tuvimos una reunión del Consejo Económico y Social y uno escucha a los funcionarios y pareciera que si uno viene de Marte estamos en el mejor de los mundos. ¿Por qué están negando la realidad?, para sostener esta idea de que la realidad es la que ellos quieren, pero no la que efectivamente es.

En los últimos ocho años se ha dejado de escuchar a los vecinos y cuando pasa eso es imposible reconocer con aciertos cuáles son los verdaderos problemas que los aquejan y cuando no conocés cuáles son los verdaderos problemas, mucho menos vas a ser capaz de hallar las soluciones efectivas y eficientes para revertirlas.

Entonces este encadenamiento es lo que nosotros entendemos que es un camino que hay que desandar y que empieza al lado del vecino, escuchándolos, viviendo sus problemas, sintiendo un profundo nivel de empatía con nuestros vecinos que son los que están padeciendo la crisis que azota a la Argentina y a la ciudad de Tandil y también la negación y la pérdida de anclaje a la realidad que tiene la gestión local.

-¿Cuáles piensa que serán los principales objetivos para la próxima gestión?

Por supuesto que hay urgencias. La situación del comercio, de la pequeña y mediana industria, de los talleres, de los emprendedores y de los pequeños productores agropecuarios ameritan medidas urgentes que esperamos poder articular con el futuro gobierno de Alberto Fernández y de Axel Kicillof, quienes claramente desde el primer día y en toda su carrera política han manifestado la necesidad de hacerle comprender a los argentinos que el trabajo y la producción deben ser el corazón mismo de la agenda pública.

La única manera de recrear una sociedad virtuosa, con empleo es apostando al mercado interno, al consumo, a la producción, a los salarios y esperamos que Tandil pueda entrar en esta sintonía, que estamos seguros que en breve va a entrar la Argentina.

Para establecer el nivel de sintonía fina que va a requerir una Argentina con muchísimas dificultades, es que nosotros creemos que va a ser un diferencial importante el poder contar con un gobierno de la ciudad de Tandil que venga del mismo sustrato y de la misma fuente de ideas (que la de los gobiernos nacional y provincial, en caso de que Fernández y Kicillof se erijan como presidente y gobernador tras las elecciones de octubre).

Para mí una de las cuestiones de fondo en la que hay que trabajar es la desintegración social en la que ha entrado Tandil en los últimos cuatro o seis años.

Tandil es una ciudad en la que sí a mí me preguntan cuál es el valor por excelencia: ‘es el ser tandilense’, aquello que nos ha caracterizado y nos hemos sentido orgullosos siempre fue el tener esa capacidad y esa vocación de integración social, que está por encima de las diferencias económicas propias del sistema capitalista en el que vivimos.

Los tandilenses independientemente de las diferencias económicas construimos un destino común, en las escuelas, los clubes, las calles. Esto ha dejado de ser así porque el Estado se corre de una función esencial en lo que tiene que ver con educación, cultura y deporte. El Estado ha entendido que eso no está entre las funciones de un jefe comunal y entonces cuando se revirtió el sistema de expansión económica, ese tejido que parecía tan sólido, empezó a crujir. Para esto es necesario tener una gestión, un intendente y un equipo del siglo 21 y no digo del siglo 21 como una frase hecha, sino que tiene que ver con la concepción que se tiene de lo público y de las administraciones de los municipios.

Nuestro intendente, una persona de 76 años ha hecho mucho en su momento por Tandil, ha ayudado a producir importantes transformaciones, pero tiene una concepción y una formación propia de mediados del siglo anterior, en donde la función de los intendentes era administrar bien los recursos, no endeudar al municipio, pagar los salarios el último día hábil, mantener abiertas las puertas del sistema de salud, bachear, asfaltar y el alumbrado, barrido y limpieza. Hace ya muchos años que dejó de limitarse a eso la función de un intendente.

Las verdaderas intendencias, los verdaderos municipios -que nosotros tomamos como ejemplo- son aquellos que tienen un gobierno y políticos que están en la primera línea de los problemas del conjunto, no están pateando la pelota a la Nación o a la Provincia, sino que asumen que tienen responsabilidades directas. En síntesis, hay una diferencia en lo que es ser un administrador y un gestor: el gestor transforma y el administrador simplemente maneja lo que tiene.