-¿Qué reflexión puede hacer de los 40 años del triunfo de Rául Alfonsín en las urnas?

El aniversario 40º de la recuperación democrática me pone feliz, porque significó terminar con un largo y oscuro período del país donde los golpes de Estado interrumpían a los elegidos democráticamente. Además, cada aniversario a los radicales se nos infla el pecho porque sabemos el rol trascendental que tuvo Raúl Alfonsín en eso que llamamos la "gesta". No voy a olvidar más el slogan “más que una salida electoral, es una entrada a la vida”: para los argentinos significó volver a vivir en paz y libres.

-¿Cómo está hoy la democracia? ¿Cuáles son sus deudas?

La democracia hoy está sana porque los gobiernos siguen siendo elegido por la voluntad popular. Ahora bien, si lo analizamos en función de la democracia que soñó Alfonsín, donde “se coma, se cure y se eduque”, hay deudas que son imperdonables en algunos casos. Los niveles de pobreza actuales, la falta de acceso a la salud pública, el nivel educativo, la deserción escolar, la falta de acceso a servicios básicos, hace que una parte de la sociedad dude si la democracia le resolverá los problemas en algún momento. Sin embargo, yo soy optimista en cuanto al futuro, sino no sería diputada.

Hace falta autocrítica de parte de toda la dirigencia política y hay que volver a inspirar a una sociedad que está abatida, invitarla a soñar, pero con un plan hacia el futuro, no un salto al vacío. Parece un cliché pero nadie lo ha hecho, creo que el radicalismo debe encabezar esa marcha hacia el futuro.

-El próximo 19 de noviembre se llevará a cabo un balotaje importante entre dos modelos con los que la UCR "nada tiene que ver", según el último comunicado del Comité Nacional. ¿Qué le responde a aquellos que los tratan de tibios por mantenerse neutrales? ¿Son lo mismo Milei y Massa?

- Salimos terceros y la sociedad nos dio la responsabilidad de ser oposición a las dos opciones que hoy se encuentran en el balotaje. De todos modos, no voy a esquivar el bulto, en términos personales y por el partido que represento y estoy afiliada, no voy a inclinarme por el kirchnerismo, que representa la continuidad de un populismo que aspira a hegemónico, sin división de poderes y que nos llevó a una inflación que supera el 140% e indicadores que son inmorales.

Del otro lado, hay un líder que se cree el Mesías del país, negacionista, que aborrece la educación pública, con ciertos rasgos autoritarios que a una le dan miedo.

Fuimos muy críticos en la campaña de Milei, y lo que está haciendo la Unión Cívica Radical es prescindir institucionalmente de inclinarse por uno u otro, después el ciudadano claramente es libre. Los radicales no somos ovejas, no obligamos a nadie a votar.