En un giro dramático de los acontecimientos, el presidente de Bangladesh, Mohamed Shahabuddin, anunció este lunes la liberación de la líder opositora Begum Khaleda Zia, ex primera ministra, tras la huida del país de la actual primera ministra Sheij Hasina hacia India en medio de intensas protestas antigubernamentales.

Esta decisión se produjo después de una reunión con Mirza Fakhrul Islam Alamgir, secretario general del Partido Nacionalista de Bangladesh (BNP), quien confirmó la liberación de Zia y de los activistas estudiantiles arrestados durante las manifestaciones.

Las protestas comenzaron debido al sistema de cuotas, que reserva el 30% de las plazas públicas para los hijos de veteranos de la guerra de la Independencia, lo que los estudiantes consideran discriminatorio.

Sin embargo, la situación escaló rápidamente, centrando también las críticas en la figura de Hasina, denunciando la represión policial y el uso excesivo de la fuerza.

Sheij Hasina, quien ha estado en el poder durante 15 años, renunció y presentó su dimisión al presidente Shahabuddin antes de huir del país con su hermana, Sheij Rehana.

Se trasladó a Bengala Occidental, India, en helicóptero por motivos de seguridad. Las autoridades indias han insinuado que podría solicitar asilo en el Reino Unido.

El jefe del Ejército de Bangladesh, general Waker Uz Zaman, anunció que se formará un gobierno interino cuanto antes y pidió a la población mantener la calma y respetar la ley.

En un discurso televisado, Zaman aseguró que todas las muertes serán investigadas y que los responsables serán llevados ante la justicia: "Todos los asesinos serán juzgados. Vamos a restaurar la paz en el país. Por favor, ayúdennos" .

Durante las protestas del lunes, miles de manifestantes desafiaron el toque de queda y salieron a las calles de Dhaka, la capital, donde se produjeron saqueos en la residencia oficial de Hasina y otros actos de vandalismo.

Las manifestaciones dejaron un saldo de al menos siete personas muertas, que se suman al centenar de fallecidos del día anterior, entre ellos trece policías. Desde el inicio de las manifestaciones, se estima que alrededor de 300 personas han perdido la vida .

Las oficinas del partido de Hasina, la Liga Awami, fueron incendiadas por los manifestantes en el barrio de Tejgaon, lo que provocó un incendio que se extendió a un comercio cercano.

En tanto, el Tribunal Supremo rechazó una petición para prohibir expresamente a la policía abrir fuego contra los manifestantes, al considerar que las leyes del país ya lo especifican.

El coordinador del Movimiento Estudiantil contra la Discriminación, Nahid Islam, advirtió que podrían armarse para defenderse de la represión policial si el gobierno no cumple con sus demandas.

En este contexto de creciente tensión, la decisión de liberar a Khaleda Zia y otros presos políticos busca apaciguar las protestas y facilitar la formación de un gobierno provisional que pueda estabilizar la situación.

Mientras tanto, grupos de derechos humanos han acusado al gobierno de utilizar una fuerza excesiva contra los manifestantes, acusaciones que las autoridades han negado vehementemente.

La situación sigue siendo tensa y la comunidad internacional observa de cerca los desarrollos en Bangladesh, un país que enfrenta una de las mayores crisis políticas de su historia reciente.