Pakistán: enfrentamientos entre suníes y chiíes dejan 35 muertos

Al menos 35 personas perdieron la vida y más de 50 resultaron heridas durante enfrentamientos armados entre grupos suníes y chiíes en el distrito tribal de Kurram, en la provincia de Khyber Pakhtunkhwa (KP), al noroeste de Pakistán.

Este brote de violencia se suma a una larga historia de tensiones sectarias en la región, donde la minoría chií representa aproximadamente el 15% de los 240 millones de habitantes de un país mayoritariamente suní.

Los enfrentamientos comenzaron la noche del viernes en las localidades de Bagan y Bacha Kot, cuando grupos armados chiíes atacaron casas y tiendas de la comunidad suní. Según Mujahid Ullah, oficial de policía local, las hostilidades dejaron un saldo devastador: "1.036 casas y 315 tiendas, en su mayoría de suníes, fueron incendiadas durante el asalto".

El ataque fue una aparente represalia por una emboscada ocurrida el jueves, cuando un convoy de pasajeros escoltado por fuerzas de seguridad fue atacado por un grupo armado no identificado, dejando 42 muertos, incluidas mujeres y niños.

Disputas históricas alimentan la violencia

Kurram, situado en la frontera con Afganistán, ha sido un epicentro de tensiones por disputas territoriales desde la partición de Pakistán e India en 1947. Aunque estas disputas inicialmente se centraban en el control de tierras, han evolucionado hacia conflictos sectarios mortales.

En 2011, una tregua temporal mediada por ancianos tribales puso fin a un largo periodo de enfrentamientos, pero las tensiones han resurgido en los últimos meses. "Ambos bandos están utilizando armas pesadas y automáticas", confirmó un agente de policía bajo condición de anonimato.

Para contener la violencia, las autoridades han cerrado las instituciones educativas del distrito y suspendido los servicios de Internet y telefonía móvil. Mientras tanto, los disparos continúan en varias zonas, dificultando la intervención policial. "Es difícil detener a alguien en esta situación", admitió Ullah, quien también advirtió que la cifra de muertos podría aumentar.

En un intento por frenar la escalada de violencia, ancianos tribales y funcionarios gubernamentales se reunieron en la sede administrativa de Kurram. Sin embargo, la carretera Thall-Sada-Parachinar, donde tuvo lugar la emboscada inicial, sigue cerrada, afectando la movilidad de los habitantes y el acceso a recursos básicos.