Entrevista GLP: para Luciano Bugallo, “Milei está enfocado en quebrar a JxC”
El diputado provincial de la Coalición Cívica, que integra Juntos por el Cambio , se refirió al cruce que mantuvieron la líder de esa agrupación, Elisa Carrió, y el diputado libertario Javier Milei.
–En las últimas horas se encendió nuevamente la polémica en relación a Elisa Carrió y Javier Milei, en este caso. La dirigente de la Coalición Cívica señaló que Mauricio Macri no quiere unir a JxC sino que quiere estar con Javier Milei. Milei le respondió en las redes sociales y señaló, entre otras cosas, que Carrió era una traidora. ¿Cómo tomó estos dichos?
En primer lugar, hay que tener en claro que Milei, desde que empieza a aparecer en la escena mediática, su único objetivo siempre fue el de partir al medio a JxC. Cuando fuimos gobierno, durante los cuatro años de la presidencia de Macri, Milei serruchando y pegando y pegando y dándole a Macri: que era un inservible, que gobernaba la casta, que el camino era el equivocado. Cuatro años como oposición, tratando de quebrarnos, y nunca lo logró. Ahora su objetivo sigue siendo el mismo: tratar de quebrar a JxC, que es el único espacio, la única fuerza política que hoy tiene posibilidades reales de ganarle al kirchnerismo, de terminar con el kirchnerismo; el único espacio político que tiene una construcción genuina y real en el interior, sin rejuntes ni amontonamiento. Y somos los únicos que estamos preparados, por la experiencia de los cuatro años de la última gestión, y también por toda la vertiente de fuerzas que terminan fortaleciendo a JxC. Hoy Milei sigue enfocado en seguir intentando quebrar a JxC. Y en este contexto es donde Lilita hace el planteo de de qué lado se para uno. Porque yo, que personalmente en lo económico me considero liberal, puedo tener afinidad con algunas premisas, con algunas ideas, con algunos lineamientos de qué es lo que hay que hacer y seguramente puedo estar, en esas ideas, cercano al discurso de Milei; ahora, yo soy profundamente republicano, yo quiero una Argentina donde se respeten los tres niveles de poderes, una Argentina donde se respete la libertad de expresión del que piensa distinto y no se lo ataque o se lo agravie. Y esas son las diferencias que podemos llegar a tener con Milei: somos profundamente republicanos, democráticos, liberales pero liberales en todas sus formas, no simplemente en lo económico. Liberal es: respeto tu decisión de hacer o decir lo que vos quieras, no atacar al que piensa distinto, no atacar a una minoría porque uno no puede estar de acuerdo. Esas ideas, cuando uno realmente tiene una fiel convicción en defender esas banderas, vuelvo a repetir, en temas democráticos, república, libertad de expresión, si uno no se expresa en ese sentido, si uno no blanquea: “Che, yo puedo estar de acuerdo con algunas ideas pero con otras no”, uno termina siendo, te diría, hasta funcional a ese discurso anti-JxC. Ese es un poco el planteo que hace Lilita. En los últimos tiempos, por una cuestión casi de necesidad, de “vamos a tratar de sacarle votos a Milei” y demás, pareciera que algunos sectores de JxC, sobre todo dentro del PRO, y muchos son amigos y uno les tiene cariño, respeto y demás, pero pareciera que con tal de rasguñarle o que Milei no nos saque unos puntos más, casi nos terminamos transformando en lo mismo que puertas adentro decimos que queremos, no combatir, porque es una expresión un poco deliberante, pero que no queremos compartir. Lilita, en esto, sin ningún tipo de careta y yendo de frente, dice: “Muchachos, a ver: o estamos acá para fortalecer JxC o si no, JxC termina siendo cualquier cosa y no lo que soñamos, lo que planeamos, lo que se construyó en su momento, y es por eso que todos estamos acá adentro”. Más allá de algunas diferencias puntuales en algunos temas ideológicos, en temas económicos y demás, nosotros somos un espacio republicano, democrático, somos un espacio donde las instituciones se respetan, donde el que piensa distinto se respeta, y donde no queremos tampoco irnos a extremos por el solo hecho de llegar a las elecciones, cuando después, en los hechos, es obvio que no lo vas a poder cumplir.
Entonces, tenemos que ser responsables, primero, porque no podemos desilusionar nuevamente al electorado. Cambiemos en aquel momento llegó a las elecciones prometiendo un montón de cosas: que en seis meses la economía se estabilizaba, que en seis meses esto, que el primer semestre, bla bla bla, y pasaron cuatro años y hay un montón de cosas a las que no pudimos dar respuesta. Y por eso desilusionamos. Y por eso volvió el kirchnerismo. Entonces, nuestro objetivo hoy es fortalecer JxC, definir qué es lo que vamos a hacer, cómo lo vamos a hacer y en qué tiempo. Esto con los equipos técnicos, cosa que el próximo presidente, a quien le toque asumir, tenga una hoja de ruta de hacia dónde vamos a ir, cuáles son los puntos de consenso de todos los que conformamos JxC. Por supuesto, después uno puede agregarle, quitarle, algo de su impronta; pero que tengamos claro el mundo, porque, si no, vamos a terminar desilusionando. No podemos prometer simplemente con fines electorales propuestas o cosas que va a ser imposible sostenerlas. Entonces, tenemos que ser serios en esto. Y ésta es un poco la discusión: o nos convertimos en un populista de derecha, para decir todo lo que la gente quiere decir, o hablamos con seriedad de cuál va a ser el rumbo, de cómo lo vamos a hacer, en qué tiempo, sobre todo, lo vamos a hacer, para no generar esas expectativas que después no se cumplan.
Entrevista realizada por Grupo La Provincia (grupolaprovincia.com)
Y esa es un poco la discusión que hoy se está dando en JxC: o solamente decimos lo que la gente quiere decir, como por ahí lo hace Milei, o realmente somos serios como oposición, como una oposición real a poder llegar a ser gobierno, y decimos: “Muchachos, ésta es la hoja de ruta. Quisiéramos hacer más, pero lamentablemente en este escenario es imposible. Porque si hacemos más, media Argentina se cae del sistema.” Entonces, tenemos que fijar el rumbo y la velocidad, sobre todo, necesaria para que sea el rumbo claro pero que no perdamos a la mitad de los argentinos.
Y otra cosa para agregar. Porque se habla mucho de casta, de casta, de casta, pero se habla solamente de una casta, que es la política. No se habla de las castas empresariales, que son las que sostienen a esta casta política. Porque acá también hay un montón de empresarios que viven prendidos de la teta del Estado durante años y se han vuelto multimillonarios. Y esos empresarios son los que hoy sostienen económicamente a Milei. Y después habla de casta pero en las provincias, en el interior, se terminan haciendo acuerdos electorales con la casta más rancia de cada una de las provincias. Milei en Tucumán está cerrando con la familia Bussi. Entonces, digo, ¿de qué casta estamos hablando? En Neuquén estuvieron apoyando a varios que dentro de sus filas está integrado el Movimiento Evita. Entonces ¿de qué estamos hablando? Una cosa es lo discursivo y otra cosa son los hechos, y los hechos tienen que ir alineados con lo discursivo, porque si solamente te basás en lo que decís y no en lo que hacés, te convertís en un populista, así sea de derecha o de izquierda. Y es justamente lo que combatimos nosotros.
–¿A qué atribuye el fenómeno de la popularidad de Javier Milei?
Hay un hartazgo con la política. Yo lo entiendo ese hartazgo. Incluso uno, hasta de adentro, convive y pelea internamente con esas estructuras, mentales muchas veces, otras veces estructuras políticas, que son una máquina de impedir. Cuando vos ves que la política está enfrascada en resolver los problemas de la política y no los problemas de la sociedad, por supuesto que eso te genera bronca. Y más en un contexto donde la economía nos está golpeando a todos, principalmente al tipo que labura y paga impuestos. Entonces, cuando el tipo está harto de que la política no le resuelva los problemas y aparece un tipo que responsabiliza de todo a la política, empiezan a sentir afinidad con esa línea discursiva. Y uno lo entiende. Ahora, lo que hay que entender es que no se puede estar en contra de la política como herramienta. En todo caso, de algunos políticos. Cuando vos metés a todos en la misma bolsa y vos te convertís en el único salvador, estás haciendo política de un hartazgo que no conduce a nada. En todo el mundo, y más en Latinoamérica, todos esos discursos antipolítica terminaron en dictaduras. Y yo no digo que Milei sea un dictador; ahora, cuando vos destruís la política como herramienta, te queda el terreno fértil para que después vengan regímenes totalitarios, como pasó en Venezuela, como pasó en Nicaragua, como pasó en su momento en Bolivia, con Evo, como pasó en su momento también en Ecuador con Correa. No podemos destruir la única herramienta que tenemos, que es la política, que es desde donde se resuelven nuestros problemas. En todo caso, lo que hay que cambiar es a los políticos. Pero para cambiar a los políticos hay que involucrarse, participar y decir las cosas como se van a hacer.
A ver: yo también termino metido en política por un descontento, en 2008, con lo que fue la 125, después en 2012 comenzando en protestas contra el kirchnerismo; entré por la ventana en ese contexto. Ahora, yo desde mi lugar como político hago todo lo que en aquel momento creía que un político tenía que hacer. Y estoy enfocado en de qué manera resuelvo los problemas concretos que hoy tiene, por ejemplo, el sector al que yo pertenezco, que es el sector agropecuario. Ahora, tampoco niego que hay otros colegas de varios espacios que están con una agenda totalmente disociada de la realidad. Pero yo no discuto contra la herramienta, sino, en todo caso, con quienes ocupan esos lugares.
Hay un enojo creciente, por eso la sociedad ve en Milei como la solución. Pero también va a terminar fracasando. Porque, a ver, él quería ser político para cambiar el sistema: hace dos años que es diputado nacional y no presentó un solo proyecto. Incluso hay impuestos que se crearon por no estar sentado él en la banca, como fue una tasa aeroportuaria, que hoy se pagan más caros los pasajes de avión. Éstas son cuestiones concretas. Después, lo que tiene que ver con los armados. Cuando uno ve que en sus armados ve que hay gente que hace dos años fueron candidatos, incluso encabezando listas, del kirchnerismo, decís: “Sí, esperá, ¿cómo vas a ser parte de la solución con gente que es parte del problema? Explicámelo.” Cuando uno ve que en sus filas, lo conozco porque hay varios con los que uno comparte y con algunos hasta somos amigos, que arrancaron en las filas del duhaldismo, que pasaron por Barrionuevo, que estuvieron con Massa, que fueron candidatos de Lavagna, que hoy están con Milei ¿y te vienen a hablar de casta?
Uno puede coincidir, sobre todo desde el enojo, con el discurso. Ahora, el discurso hay que acompañarlo de los hechos. Y cuando no están encadenados discurso y hechos, te convertís en un populista.
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