Temporal, inundación, drama y una intendente que recibe los golpes.
El agua en las casas, la tormenta que arrasó y la gente que explotó contra los que creen responsables.
El desastre social que ocasionó el temporal que comenzó el viernes 11 trajo una lluvia, valga la redundancia, de críticas. A la crisis económica se le suma una casa bajo el agua y la perdida de posesiones personales, tal vez en su totalidad, según cuentan los damnificados. No solo La Matanza sufre las consecuencias de la naturaleza (posiblemente de la negligencia humana), otras diez localidades de la provincia tienen agua en sus calles. Según fuentes de la gobernación bonaerense y del Sistema Nacional para la Gestión Integral del Riesgo (Sinagir), hubo unos 100 evacuados en Cañuelas, 50 en Ezeiza, 10 en Quilmes y 46 en Pilar, entre otras.
"Pasan los gobernadores, pasan los intendentes y todo sigue igual. Son 40 años de nada. Yo ahora vivo en el centro, pero mis hijas están acá y el domingo lloré con mis nietos", cuenta a La Nación una mujer de 70 años, que vive en La Matanza hace 40, que ayer estaba en el acampe improvisado que los vecinos de las localidades de Virrey del Pino, González Catán y Gregorio de Laferrère hicieron al borde la ruta 3, justo en la entrada del barrio Puente Ezcurra.
Inundación La Matanza
El fin de semana no trajo buenas noticias, el problema se intensificó, más de 250 milímetros caídos en pocas horas castigaron a miles de personas que viven en la ciudad gobernada por Veronica Magario, municipio que se llevó las peores consecuencias: 5.000 vecinos tuvieron que ser trasladados a distintos centros de evacuados montados en escuelas y otros 15.000 se vieron afectados por la llegada del agua, que anegó caminos, entró a las casas y echó todo a perder.
La Matanza entró en emergencia, las condiciones empeoraron, la salud de las personas corre peligro y explotan los humores. Se empiezan a colmar de dolor y bronca los vecinos, que sin más que hacer, comienza a reaccionar.
"Ya estoy acostumbrada, y aunque mi casa está en altura, el agua entra igual. El sábado a la noche le dije a mi marido: 'No te duermas porque el agua te sorprende de repente y en cualquier momento estamos inundados'. Y sucedió", relata una de las personas afectadas que acampan en la ruta. Luego reconoce que en este tipo de situaciones todos los vecinos, que son los que suple la falta de responsabilidad de otros, se convierten en el sostén y son solidarios. "Podés estar peleado y no hablarle a alguien por años, pero de repente cuando el arroyo desborda y el barrio se inunda, siempre te dan una mano. Hoy vamos a levantar el campamento y nos vamos para lo de mi suegra. Mi marido se queda acá porque no queremos dejar la casa sola. También hay mucha inseguridad, y la gente tiene miedo de que entren a robarle", describe.
El arroyo que desborda es el Morales y el agua todavía no cedió, está estancada. Además de Puente Ezcurra, algunos de los barrios más afectados de la zona fueron Nicole y Los Álamos. Muchas familias decidieron irse a la casa de algún pariente o de amigos. Otros, afirman los vecinos, subieron los colchones a los techos de las casas. "El que puede se queda, porque sabe que si deja la casa sola corre el riesgo de que le entren a robar", asegura otro de los damnificados.
Intendente Verónica Magario
Desde el Comité de Crisis del Municipio de La Matanza, encabezado por la intendente Magario, informan que las acciones de socorro y asistencia comenzaron el jueves pasado por la noche y que durante estos días se dio asistencia a los evacuados con alimentos, atención médica y distribución de remedios, según el diagnóstico de cada persona. Pero esto no apaga las críticas, no le devuelve la tranquilidad -ni lo perdido bajo el agua- a los habitantes y eso se hace notar en las reacciones. Las redes sociales explotaron contra Magario, que es trending topic en Twitter, donde la gente comenzó a expresar el descontento, a nombrarla como una de las responsables de lo sucedido y, de paso, sumarle otras críticas.
"Pasan los gobernadores, pasan los intendentes y todo sigue igual. Son 40 años de nada. Yo ahora vivo en el centro, pero mis hijas están acá y el domingo lloré con mis nietos", cuenta a La Nación una mujer de 70 años, que vive en La Matanza hace 40, que ayer estaba en el acampe improvisado que los vecinos de las localidades de Virrey del Pino, González Catán y Gregorio de Laferrère hicieron al borde la ruta 3, justo en la entrada del barrio Puente Ezcurra.
El fin de semana no trajo buenas noticias, el problema se intensificó, más de 250 milímetros caídos en pocas horas castigaron a miles de personas que viven en la ciudad gobernada por Veronica Magario, municipio que se llevó las peores consecuencias: 5.000 vecinos tuvieron que ser trasladados a distintos centros de evacuados montados en escuelas y otros 15.000 se vieron afectados por la llegada del agua, que anegó caminos, entró a las casas y echó todo a perder.
La Matanza entró en emergencia, las condiciones empeoraron, la salud de las personas corre peligro y explotan los humores. Se empiezan a colmar de dolor y bronca los vecinos, que sin más que hacer, comienza a reaccionar.
"Ya estoy acostumbrada, y aunque mi casa está en altura, el agua entra igual. El sábado a la noche le dije a mi marido: 'No te duermas porque el agua te sorprende de repente y en cualquier momento estamos inundados'. Y sucedió", relata una de las personas afectadas que acampan en la ruta. Luego reconoce que en este tipo de situaciones todos los vecinos, que son los que suple la falta de responsabilidad de otros, se convierten en el sostén y son solidarios. "Podés estar peleado y no hablarle a alguien por años, pero de repente cuando el arroyo desborda y el barrio se inunda, siempre te dan una mano. Hoy vamos a levantar el campamento y nos vamos para lo de mi suegra. Mi marido se queda acá porque no queremos dejar la casa sola. También hay mucha inseguridad, y la gente tiene miedo de que entren a robarle", describe.
El arroyo que desborda es el Morales y el agua todavía no cedió, está estancada. Además de Puente Ezcurra, algunos de los barrios más afectados de la zona fueron Nicole y Los Álamos. Muchas familias decidieron irse a la casa de algún pariente o de amigos. Otros, afirman los vecinos, subieron los colchones a los techos de las casas. "El que puede se queda, porque sabe que si deja la casa sola corre el riesgo de que le entren a robar", asegura otro de los damnificados.
Desde el Comité de Crisis del Municipio de La Matanza, encabezado por la intendente Magario, informan que las acciones de socorro y asistencia comenzaron el jueves pasado por la noche y que durante estos días se dio asistencia a los evacuados con alimentos, atención médica y distribución de remedios, según el diagnóstico de cada persona. Pero esto no apaga las críticas, no le devuelve la tranquilidad -ni lo perdido bajo el agua- a los habitantes y eso se hace notar en las reacciones. Las redes sociales explotaron contra Magario, que es trending topic en Twitter, donde la gente comenzó a expresar el descontento, a nombrarla como una de las responsables de lo sucedido y, de paso, sumarle otras críticas.
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