-Fuiste designado presidente de la Comisión de Turismo y Pymes del Senado bonaerense, dos áreas trascendentales para el desarrollo productivo y económico de la Provincia. ¿Cuáles serán los ejes de trabajo?

Tratar de saltar las discusiones políticas agrietadas para poder lograr decisiones que le hagan bien a los municipios y a la Provincia. Cada ciudad necesita de la inteligencia y de la creatividad de la política porque estamos en una situación muy compleja, la Argentina tocó fondo y hoy hay que ponerse los pantalones largos.

En términos de políticos públicas el turismo tiene una influencia en el PBI de la Provincia muy importante, impacta desde lo económico, lo social y lo cultural. 

-En relación al turismo, ¿es necesario potenciar la colaboración entre el sector público y el privado?

Es clave en todos lados. Hoy, por suerte, el debate público lo puso en evidencia: es muy importante generar ámbitos mixtos, escuchar a todos los sectores porque cada vez que se logró esa articulación salieron cosas buenas para la gente. Ya quedó demostrado que no funciona el “Estado bobo” que obedece ciegamente los intereses de la empresa, ni el Estado que tampoco escucha a la empresa y autosatisface su mirada ideológica.

-¿Cómo se está desarrollando el trabajo del bloque UCR-Cambio Federal en la Cámara alta?

Nos toca una tarea compleja, el país tomó la decisión de ir hacia un cambio pero que es ejecutado por un outsider, que llega con mucho acompañamiento de legitimidad social, pero con poca musculatura institucional y política. 

A nivel provincial nuestro rol es de ser opositores al gobierno de Axel Kicillof, desde mi punto de vista un gobierno que ha fracasado en todos los ámbitos de la política pública: fracasó en seguridad, en salud, está fundida la obra social de la Provincia, y fracasó en términos de educación. El gobierno es un desastre y nuestro desafío es ser una alternativa a eso. 

-A nivel nacional, ¿cómo analiza los cuatro meses de gestión de Javier Milei?

Ha tenido luces y oscuridades. Está llevando adelante muchos cambios estructurales que la Argentina pedía a gritos tras 20 años de fracasos y, además,  tiene la obligación de acomodar la economía, que fue su principal planteo en campaña. Pero también es un Presidente que tiene dificultades en el diálogo, que prefiere confortar por Twitter que lograr consensos.

Muchas de las medidas que plantea son equivocadas. Hoy en radicalismo está pidiendo la incorporación de la educación dentro de lo que él mando a llamar el “Pacto de Mayo” y hay algunos actores cercanos a Milei que dicen que no va a ser parte. ¿Si está planteando una reforma estructural de Argentina la educación no va a ser parte?

Todos los argentinos queremos que le vaya bien, pero a veces la hace difícil. Esperemos que empiece a tomar nota de estas cosas, que se dé cuenta que en el sistema democrático se trata de escuchar al otro.

-Mencionabas a la UCR, ¿qué le falta al centenario partido para volver a enamorar al electorado?

Tenemos que saber a dónde estamos para ver a dónde vamos. La UCR llegó al 2015 en una situación de debilidad tremenda, teníamos un partido político que se había acostumbrado a ser testimonial, a ser un partido de 6 u 8 puntos. Tomó la decisión trascendental de hacer una coalición con partidos que tenía coincidencias pero muchas diferencias, ese proceso le dio fortaleza, musculatura y hoy es un partido que vuelve a gravitar.Tenemos que redefinir, generar una discusión interna y mirar hacia dónde ir.