El impacto de la desregulación de derechos de autor: ¿Qué significa para los autores y editores?

En una decisión que busca promover la libre competencia y simplificar la normativa vigente, el Gobierno nacional derogó el Decreto 736/2023, que otorgaba al Centro de Administración de Derechos Reprográficos de Argentina (CADRA) la exclusividad en la gestión de derechos reprográficos. La medida, oficializada mediante el Decreto 1036/2024, también busca reducir la burocracia que afectaba a pequeños comercios y a los usuarios finales.

Qué significa el fin de la exclusividad para CADRA

El Decreto 736/2023, firmado por Alberto Fernández en su último día de mandato, establecía un régimen mediante el cual CADRA, una asociación de autores y editores de libros, obras fotográficas y otras publicaciones, administraba de manera exclusiva los derechos de reproducción de obras literarias. Este modelo permitía a CADRA fijar aranceles y distribuir los ingresos entre autores y editores.

Sin embargo, el nuevo decreto argumenta que este esquema limitaba la libertad de elección de los autores y generaba desigualdades en el mercado de reproducción de textos. Según el Gobierno, “la falta de trazabilidad y la complejidad del sistema lo hacían engorroso, impactando negativamente en estudiantes y pequeños comercios como las fotocopiadoras”.

La medida también señala que el régimen anterior encarecía el acceso a materiales educativos, afectando especialmente a sectores vulnerables.

Cómo impactará la eliminación del decreto 736

El Decreto 1036/2024, firmado por el presidente Javier Milei y el ministro de Justicia Mariano Cúneo Libarona, se fundamenta en los principios de libre competencia y circulación de bienes protegidos por la Constitución Nacional.

Entre los puntos destacados:

Fin de la exclusividad: Los autores y editores podrán gestionar sus derechos de reproducción con cualquier entidad, no exclusivamente con CADRA.

Libre competencia: Se promueve un esquema de mercado abierto que favorezca tanto a los comerciantes como a los consumidores finales.

Simplificación normativa: Se eliminan aranceles y regulaciones que afectaban la actividad económica de pequeños negocios y centros educativos.

El mercado de arte también será desregulado

En paralelo, el Ministerio de Desregulación y Transformación del Estado, liderado por Federico Sturzenegger, anunció la liberación del mercado de importación y exportación de obras de arte. Según informaron, la nueva normativa permitirá a los artistas argentinos acceder al mercado internacional sin las restricciones burocráticas previas.

El decreto introduce varios cambios significativos:

Extensión de plazos: Los galeristas ahora tendrán hasta cinco años para importar o exportar obras de arte de manera temporal, lo que facilitará su participación en ferias internacionales.

Eliminación de licencias: Se suprime la obligación de tramitar licencias de exportación para obras de artistas fallecidos hace más de 50 años, considerada un trámite obsoleto.

Preservación del patrimonio cultural: Las obras declaradas patrimonio cultural de la Nación seguirán bajo restricciones.

Críticas y expectativas

Aunque algunos expertos han recibido positivamente las reformas, particularmente en el ámbito artístico, también se han planteado inquietudes. Un especialista consultado afirmó que “si bien agilizar los trámites es una buena idea, se corre el riesgo de facilitar prácticas como la subfacturación de exportaciones o la sobrefacturación de importaciones”.

Por su parte, CADRA resalta en su sitio web que la gestión colectiva de derechos reprográficos es fundamental para garantizar una retribución justa a autores y editores. Este enfoque, explican, asegura la tutela del trabajo creativo y facilita el acceso legal a las obras protegidas.

Las nuevas normativas impulsadas por el gobierno de Javier Milei representan un cambio significativo hacia la desregulación de sectores clave como los derechos reprográficos y el mercado de arte. Si bien buscan promover la libre competencia y reducir trabas burocráticas, su implementación requerirá un monitoreo cercano para evitar desequilibrios que puedan perjudicar a los actores más vulnerables de estos mercados.