Caída del consumo: 16 meses consecutivos de baja en supermercados

El consumo en supermercados y autoservicios volvió a mostrar números negativos en marzo: cayó 5,4% interanual, según datos de la consultora Scentia. Con este resultado, el consumo masivo encadena 16 meses consecutivos en terreno negativo.

El informe advierte que, aunque la caída continúa, se sigue desacelerando. En febrero, el retroceso había sido del 9,8%. En comparación, marzo mostró una leve mejora en la tendencia, aunque la situación sigue siendo preocupante.

El AMBA, más golpeado que el promedio nacional

Durante el primer trimestre del año, las ventas a nivel país cayeron 8,6%, pero en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) la baja fue mayor: 9,4%.

Esto marca un patrón ya conocido: el deterioro del poder adquisitivo golpea con más fuerza en los grandes centros urbanos, donde los precios tienden a ajustarse más rápido y el peso de los servicios es mayor.

Diferencias entre supermercados y autoservicios

El análisis de Scentia también revela comportamientos dispares entre canales de venta. Mientras que los supermercados experimentaron una caída del 7,1%, los autoservicios independientes retrocedieron un 3,7%.

“La situación entre canales es distinta”, explicó Osvaldo Del Río, director de la consultora, al señalar que algunos comercios de cercanía aún logran contener parte de la demanda gracias a precios más competitivos y ofertas personalizadas. 

Qué productos suben y cuáles siguen en baja

Algunos rubros mejoran, pero otros no logran repuntar. Dentro del informe, se destaca que algunas categorías muestran señales de recuperación, como:

Alimentación: +0,5% interanual
Perecederos: +1,2%

Sin embargo, otras categorías clave siguen desplomándose:

Bebidas con alcohol: -18%
Bebidas sin alcohol: -16%
Impulsivos (golosinas, snacks): -15,6%
Higiene y cosmética: -3,3%
Limpieza del hogar: -2%
Desayuno y merienda: -1,5%

La gente está priorizando lo esencial, mientras recorta gastos en productos secundarios o prescindibles.

El impacto de la inflación y el dólar

Cambia la estructura del gasto: menos alimentos, más servicios. Una de las explicaciones del fenómeno es el cambio en la composición del gasto de los hogares. La suba en tarifas de servicios públicos, aunque moderada en marzo (vivienda, agua, electricidad y gas aumentaron 2,9%; transporte, 1,7%), sigue absorbiendo gran parte del ingreso mensual.

Al mismo tiempo, el crédito al consumo para bienes durables se está expandiendo, en parte por la expectativa de inflación futura y la postergación de compras cotidianas para priorizar inversiones más grandes.

Qué puede pasar en abril tras el salto del dólar

El fin del cepo y la llegada de aumentos en alimentos y limpieza. Los datos de marzo aún no reflejan el nuevo esquema cambiario que el Banco Central implementó tras el acuerdo con el FMI. Con el dólar oficial en torno a los $1.200, se espera una aceleración inflacionaria en abril.

Supermercadistas ya anticipan aumentos de entre 5% y 10% en productos básicos como aceites, harinas, artículos de limpieza e higiene personal. La incógnita ahora es si el consumo logrará sostener la tendencia de desaceleración o si volverá a hundirse.