La UCR bonaerense busca una salida política para evitar la intervención del partido

La interna radical en la provincia de Buenos Aires sumará este miércoles un capítulo clave. Con la amenaza latente de una intervención por parte del Comité Nacional, los sectores enfrentados dentro de la Unión Cívica Radical bonaerense volverán a sentarse a negociar en busca de una salida política que destrabe el conflicto por la conducción partidaria, empantanada desde hace meses tras una elección judicializada y marcada por denuncias cruzadas.

La disputa gira en torno al control del Comité Provincia, un órgano estratégico dentro del centenario partido. La elección interna celebrada meses atrás fue ganada por Miguel Fernández, candidato de Unidad Radical, espacio que responde al senador nacional Maximiliano Abad. Sin embargo, el sector que lideran Martín Lousteau y Facundo Manes, referenciado en la lista de Futuro Radical, impugnó los resultados, iniciando una serie de presentaciones judiciales que derivaron en la parálisis actual.

Una elección trabada y una conducción prorrogada

Ante la imposibilidad de oficializar a las nuevas autoridades, y mientras la Justicia ordenó repetir los comicios en algunos distritos, la conducción radical decidió prorrogar los mandatos vencidos, entre ellos el de Abad al frente del Comité Provincia. Esa decisión fue duramente cuestionada por el ala opositora, que considera ilegítima la continuidad de la actual mesa de conducción.

Entre los puntos más conflictivos se encuentran las elecciones en distritos clave como La Matanza, Quilmes y Ezeiza, donde el resultado favoreció a la oposición interna y la Justicia dispuso su repetición. También podría sumarse la convocatoria a nuevas elecciones en localidades donde ganó Unidad Radical, como San Isidro, San Martín, Tigre y Villarino, aunque aún no hay definición al respecto.

Diálogo bajo presión y la amenaza de intervención

El conflicto escaló en las últimas semanas, cuando un grupo de históricos dirigentes radicales —entre ellos Federico Storani, Juan Manuel Casella, Rodrigo Galetovich y Ricardo Sánchez— presentó ante el Comité Nacional un pedido formal de intervención del radicalismo bonaerense. En ese contexto, se desarrolló una primera reunión mediada por la conducción nacional del partido, actualmente en manos de Lousteau, con la participación de Fernández y Domenichini como representantes de cada sector.

Si bien el encuentro tuvo momentos de fuerte tensión y reproches cruzados, las partes acordaron mantener el canal de diálogo abierto. La próxima instancia será este miércoles, donde se intentará avanzar hacia una solución que evite una intervención que podría profundizar la fractura interna.

Una posible salida

Entre las alternativas que se barajan para destrabar el conflicto, una de las que más consenso genera es la creación de una mesa política compuesta por tres representantes de cada sector y tres intendentes designados por el Foro de Jefes Comunales radicales. Esta comisión tendría la responsabilidad de organizar los comicios pendientes y conducir transitoriamente el partido hasta que se defina judicialmente la cuestión de fondo.

Este camino permitiría mantener la institucionalidad y evitar un escenario traumático como una intervención, que significaría, en los hechos, que la conducción del radicalismo bonaerense pase directamente a manos del Comité Nacional. Además, la propuesta buscaría descomprimir las tensiones internas en un año de fuerte definición política, con un proceso electoral en marcha y la reciente sanción en la Legislatura bonaerense de la suspensión de las PASO provinciales.

El telón de fondo

Más allá de lo estrictamente partidario, la puja interna también expresa diferencias de fondo respecto al posicionamiento frente al gobierno de Javier Milei. Mientras el oficialismo no descartaría un eventual entendimiento con La Libertad Avanza, desde el espacio que lideran Lousteau y Manes rechazan de plano cualquier tipo de acercamiento.

“Estamos claramente en las antípodas de un acuerdo con los libertarios, que han puesto toda la energía en denostar al radicalismo, desde el propio Alfonsín hasta Hipólito Yrigoyen”, expresó uno de los referentes del sector opositor en declaraciones recientes. En ese sentido, la interna radical bonaerense podría ser también un anticipo de la discusión mayor que atravesará al partido de cara a las elecciones nacionales de 2025 y 2027.

Por lo pronto, este miércoles es un día clave. La continuidad institucional de la UCR bonaerense, su futuro político y el rumbo que tomará el centenario partido en la provincia más populosa del país, están en juego.