Entrevista GLP. “Un estornudo en EEUU puede significar una enfermedad muy grave para Argentina”, advirtió el economista Anzalone

-¿Cómo definiría el rumbo económico del Gobierno Nacional tras la contundente victoria electoral de octubre? ¿Cree que este resultado fortalece el programa o lo vuelve más riesgoso si las expectativas no se cumplen?

El equipo económico actualmente se encuentra alineando nuevamente las expectativas que se habían desalineado desde junio o julio, hasta las elecciones nacionales. El triunfo electoral lo que hace es darle aire, es un tubo de oxígeno para el equipo económico y le da tiempo para que pueda llevar a cabo las reformas que la economía todavía necesita.

De fondo, nada cambió. Los problemas son los mismos. Las ventajas que consiguió el gobierno, como por ejemplo la desinflación y el ancla fiscal, siguen muy fuertes, pero todavía la economía demanda que se hagan reformas y tener una comunicación, que no es para nada clara.

-En este contexto, Argentina quedó muy vinculada al apoyo financiero de Estados Unidos. ¿Qué riesgos implica que la estabilidad macroeconómica dependa de un respaldo condicionado políticamente?

El aparente y, por ahora, estrecho vínculo con Estados Unidos se enmarca dentro de la respuesta anterior. También es una rueda de auxilio para el gobierno.

Los dólares del Tesoro de Estados Unidos aparecieron cuando en Argentina ya no había. Eso les permitió llegar a las elecciones y conseguir un triunfo contundente que finalmente le permitió al gobierno encauzar de nuevo las expectativas macroeconómicas. En ese sentido, mientras esté el gobierno de Donald Trump atrás, Argentina va a tener un espaldarazo en términos financieros.

Donald Trump y Javier Milei.

El problema es que la volatilidad financiera es históricamente muy alta, y un estornudo en Estados Unidos puede significar una enfermedad muy grave para nuestro país. Lo importante sería tener una relación madura con Estados Unidos, usufructuar los beneficios que esa relación pueda traernos, pero las tareas que hay que hacer las tenemos que hacer nosotros, sin dogmatismos, pensando en Argentina.

-¿Cuáles son los tres desafíos que enfrentan Javier Milei y su ministro de Economía, Luis Caputo, de cara a 2026?

Sin dudas, el desafío más importante del gobierno de cara al 2026 es la acumulación de reservas. Si el Banco Central no engorda sus arcas, Argentina volverá a pasar por las turbulencias que enfrentó hace meses.

La ayuda externa en algún momento se acaba, y ahí es necesario mostrar un Banco Central que pueda responder a los cambios que haya. Es muy importante tener un Banco Central con reservas, ya sea porque el propio Banco Central las consigue o porque es el Tesoro el que opera en el mercado, pero sin duda ese es el mayor desafío.

En segundo lugar, tener una actividad económica que crezca fuerte. Para que la actividad económica crezca es fundamental que crezcan los salarios. Los salarios vienen reprimidos, muy cerca o por debajo de la inflación, y si los salarios no se posan consistentemente por arriba de la inflación, si no recuperan poder de compra en términos reales, el crecimiento económico será esporádico, muy heterogéneo y eso debilitará la macroeconomía.

En tercer lugar, el tipo de cambio. Si Argentina no consigue tener un tipo de cambio que le permita acumular reservas y que, al mismo tiempo, permita que la macro funcione —un tipo de cambio que a las industrias les permita producir y a los exportadores exportar— se generará solo una ilusión de riqueza con un dólar barato que, más tarde o más temprano, explota. Le pasó al gobierno a mitad de este año y es importante que no ocurra en 2026.