Entrevista GLP. Storani no descarta una convergencia entre la UCR y el peronismo para frenar al “partido autoritario-conservador de Milei”

-En primera instancia, ¿qué vacío o qué quiebre dentro de la UCR los ha llevado a impulsar este nuevo espacio, Radicalismo Auténtico?

Como lo expresa el concepto, consideramos que ser auténticamente radicales o radicales auténticos es estar en consonancia con los valores, las ideas y las creencias que nos identificaron históricamente.

Por ejemplo, defender la soberanía nacional, el patrimonio nacional, nuestra industria, nuestro subsuelo, tener un proyecto de desarrollo que cuide el medio ambiente, desarrollar la infraestructura, impulsar la producción, fundamentalmente la producción industrial, porque eso significa una cantidad de innovación tecnológica que es insustituible. 

No queremos una economía puramente primaria, pero además han sido banderas históricas del radicalismo, como cualquiera lo puede identificar, la defensa de la educación pública, la defensa de la salud pública y, por supuesto, también una política internacional que defienda al interés nacional, que preserve su autonomía, que no tenga un alineamiento incondicional como el que actualmente se practica.

Por todas estas razones, y teniendo en cuenta que la conducción de nuestro partido puede llegar a caer en manos de quienes permanentemente han transgredido muy lejos estos valores, estas creencias, estas ideas, es que ya no se puede coexistir y planteamos la posibilidad de constituirnos como radicalismo auténtico, que se pronuncie, que participe en todas las instancias de la vida política con independencia de lo que hagan quienes hoy tienen cautiva a la sigla partidaria.

-¿Considera entonces que hoy la UCR ha abandonado esos valores históricos que usted recién señalaba?

Sí, y voy a dar un caso muy concreto para que se entienda. Un día los diputados de la Unión Cívica Radical votan por el financiamiento educativo de la educación superior, que es una bandera histórica de la reforma universitaria, todo aquello que nos ha identificado, incluso su agrupación universitaria Franja Morada promueve movilizaciones, hemos estado en todas ellas, y poco tiempo después los mismos autores de ese proyecto son aquellos que llevan adelante el veto o votan el veto presidencial a la posibilidad del financiamiento educativo.

Milei logró sostener el veto al financiamiento universitario con el PRO, UCR y gobernadores.

Y así permanentemente. Lo mismo pasa con leyes vinculadas a la salud, con el intento de una flexibilización laboral que va mucho más allá de lo razonable, con el alineamiento incondicional que se pretende hacer en contra de lo que fue la política de Hipólito Yrigoyen, de Arturo Ilia y de Raúl Alfonsín cuando fueron presidentes de la nación.

Entonces ya no es una cuestión de interpretación, más bien ellos quieren sumarse a lo que nosotros denominamos un partido autoritario-conservador, porque además el radicalismo toda la vida ha sido sinónimo del respeto de la república y la democracia, y este es un gobierno que trasgrede permanentemente la constitución y que por lo tanto no practica ni la república ni respeta la democracia.

Un ejemplo es el uso y abuso de decretos de necesidad de urgencia, el intento de designar miembros de la Corte Suprema por decreto, como hizo los dos primeros años con la prórroga del presupuesto nacional, con un protocolo de seguridad que está más diseñado para reprimir la protesta social.

Los propios constitucionalistas que votaron por Javier Milei como Daniel Sabsay por ejemplo, dicen que el decreto 70/2023 es abiertamente inconstitucional y sin embargo los legisladores del radicalismo, con la anuencia de gran parte de su dirigencia, lo apoyaron.

-Tiempo atrás usted expresó que no alcanza con recuperar el radicalismo: ¿con qué otras fuerzas imagina una convergencia para frenar o equilibrar al mileísmo?

Bueno yo acabo de decir que el partido autoritario-conservador ya está constituido, obviamente tiene como epicentro o regente a Milei, también a Victoria Villarruel con matices, pero también lo tiene Mauricio Macri después del pacto de Acassuso, es evidente que piensa muy parecido, tiene ministros en el gabinete, tanto lo que era el PRO como Patricia Bullrich, pero también hay hombres y mujeres del radicalismo y del peronismo que se han sumado a eso.

Milei, Macri y Bullrich.

Pensemos en Daniel Scioli, dos veces gobernador de la provincia de Buenos Aires, candidato a presidente, todo el menemismo, gobernadores de provincias, como el caso de Tucumán, de Catamarca, Misiones, y lo mismo pasa con el radicalismo, con papeles tan poco edificantes o yo diría dignos como el caso de Rodrigo De Loredo en su momento. 

Todo eso significa que allí está constituido un polo que defiende un proyecto de economía primaria donde vamos a sobrar más de 20 millones de habitantes.

Yo creo que lo que hay que buscar son denominadores comunes con el otro país, que defienda el interés nacional, que tenga una fuerte sensibilidad social y que abreven algunos en un pensamiento social cristiano como buena parte de lo que pasa con el peronismo y otros que abrevamos en un pensamiento social demócrata como buena parte del radicalismo que impulsó en su momento Raúl Alfonsín.