Salarios, jornada y derechos: la contrarreforma laboral que prepara el kirchnerismo
La iniciativa fue elaborada en el PJ junto a la CGT y la CTA y busca confrontar el diagnóstico oficial sobre empleo, salarios y derechos laborales.
El kirchnerismo presentará en el Congreso un proyecto de reforma laboral alternativa como respuesta directa a la iniciativa de “modernización” impulsada por el gobierno de Javier Milei. La propuesta fue elaborada en el ámbito del Partido Justicialista (PJ), con la participación de sindicatos de la CGT y la CTA, y cuenta con el aval de Cristina Fernández de Kirchner. El objetivo es instalar una contrarreforma en el debate parlamentario y confrontar el enfoque oficial sobre empleo, salarios y derechos laborales.
La Secretaría de Relaciones Laborales del PJ Nacional, encabezada por la diputada Vanesa Siley, coordinó la redacción del borrador y articuló su presentación con la bancada de senadores de Unión por la Patria, entre ellos Mariano Recalde y Anabel Fernández Sagasti. La estrategia apunta a una acción legislativa conjunta entre ambas cámaras para unificar la postura opositora frente al proyecto del Ejecutivo.
El diagnóstico político del proyecto
El fundamento del proyecto es explícito y parte de un cuestionamiento directo a la propuesta del Gobierno. Para el kirchnerismo, la reforma laboral de Milei no generará empleo registrado, sino que implicará una pérdida de derechos y un retroceso en la protección social.
“Lo primero que vamos a plantear es un diagnóstico”, señaló Siley. “El Gobierno dice que flexibilizar el trabajo sirve para crear empleo registrado. Ese latiguillo lo vamos a desarmar y lo vamos a plasmar en los fundamentos de nuestro dictamen”, sostuvo la diputada.
Tres ejes centrales: ingresos, descanso y salud
El proyecto se estructura sobre tres ejes principales: ingresos insuficientes, falta de tiempo de descanso y deterioro de la salud física y mental. Según el borrador elaborado en el PJ, la pérdida del poder adquisitivo impulsó la expansión de la pluriactividad laboral, la informalidad y las nuevas modalidades de trabajo vinculadas a las plataformas digitales.
“La principal necesidad es la plata, porque el sueldo no alcanza. Como consecuencia de eso, la clase trabajadora está tomando más de un empleo o de actividades”, indicaron fuentes que participaron de la redacción.
Este aumento de horas trabajadas para compensar salarios bajos reduce el tiempo disponible para la vida personal y genera un mayor desgaste. A ello se suma el impacto negativo en la salud, no solo por los accidentes laborales, sino también por el estrés, la fatiga y el deterioro de la salud mental.
Recuperación salarial y paritarias libres
Uno de los puntos más destacados del proyecto es la recuperación del poder adquisitivo. La iniciativa plantea que el Salario Mínimo, Vital y Móvil debe cubrir el costo de la Canasta Básica Total. Según datos oficiales citados en el borrador, mientras el salario mínimo se ubica en 338.400 pesos, la canasta supera los 1.257.000 pesos, una diferencia que, para el PJ, evidencia el incumplimiento de la ley.
Aunque no se fija un monto concreto, el texto busca restituir el carácter “vital y móvil” del salario mínimo. Además, se exige el respeto a las paritarias libres, sin topes ni restricciones, defendiendo la negociación directa entre sindicatos y empleadores.
Esta posición se contrapone a la política del Gobierno, que promueve acuerdos ligados a la productividad, una modalidad que los gremios consideran un límite indirecto a la negociación colectiva.
El proyecto también establece que el salario debe abonarse íntegramente en dinero, ya sea en pesos o en cualquier otra moneda reconocida, excluyendo pagos en especie como alimentos o vivienda, una opción contemplada en la iniciativa oficial.
Reducción de la jornada laboral
Otro eje central es la reducción de la jornada laboral. La propuesta plantea pasar de las actuales 48 horas semanales a 42 horas, con el objetivo de alcanzar las 40 horas en el mediano plazo. El argumento del PJ es que los avances tecnológicos permiten reorganizar el trabajo sin afectar la producción.
Desde el kirchnerismo rechazan la posibilidad de habilitar jornadas de hasta 12 horas mediante bancos de horas, como propone el oficialismo.
“Es un absurdo retroceder dos siglos, como plantea el Gobierno. Hoy, la nanotecnología, la inteligencia artificial y la digitalización permiten una reducción de la jornada laboral. Esto es algo que tiene que ver con la lógica, no con lo ideológico”, afirman fuentes partidarias.
Licencias, cuidados y salud laboral
La contrarreforma amplía la licencia por paternidad de los actuales dos días a 90 días, equiparándola con la licencia materna. El financiamiento quedará a cargo de la ANSES y se incluirá también a los monotributistas, eliminando el costo para los empleadores.
“Si el Estado financia la licencia del nacimiento, debe hacerlo para todas las familias, sin importar el tipo de empleo”, sostienen desde el PJ.
Además, el proyecto establece la creación obligatoria de Comités Mixtos de Seguridad e Higiene en empresas con más de 50 trabajadores. Estos espacios estarán integrados por representantes sindicales y empresariales, técnicos en seguridad e higiene y especialistas en salud mental, con el objetivo de abordar tanto riesgos físicos como psicosociales.
Regulación del trabajo en plataformas digitales
El trabajo en plataformas digitales, como Rappi, PedidosYa o Uber, ocupa un capítulo específico. A diferencia del enfoque oficial, que introduce la figura del “repartidor independiente” y niega la relación de dependencia, el kirchnerismo propone negociaciones colectivas por empresa.
La iniciativa incluye la prohibición de bloqueos sin causa justificada, el acceso a instancias de defensa, estaciones sanitarias obligatorias con baños y zonas de descanso, atención física personalizada, transparencia algorítmica y portabilidad de los datos del trabajador.
También se incorpora el derecho a la desconexión digital, limitando el contacto laboral fuera de la jornada, y se anticipa el debate sobre la regulación del uso de la inteligencia artificial en la organización del trabajo y los procesos productivos.
El contrapunto con la reforma del Gobierno
El proyecto opositor se enfrenta de manera directa con la reforma impulsada por el Gobierno, que incluye cambios en el régimen de indemnizaciones, la creación del Fondo de Asistencia Laboral (FAL) financiado con un descuento del 3% de las contribuciones patronales y el fin de la ultraactividad de los convenios colectivos.
También cuestiona los cambios en el financiamiento sindical y la ampliación de las actividades esenciales, que restringen el derecho a huelga. Desde la oposición consideran especialmente perjudicial el FAL, al estimar que implicaría una pérdida de 2.500 millones de dólares anuales para la Seguridad Social.
“¿Qué tiene de moderno que el trabajador pague su propio despido? ¿Y qué tiene de moderno dejar sin fondos jubilatorios a los actuales y futuros jubilados?”, plantean desde el bloque.
El debate de fondo en el Congreso
Vanesa Siley profundizó su rechazo a la perspectiva oficialista: “No existe que las leyes, en sí mismas, generen empleo. Ningún país lo ha demostrado en la historia. El empleo se crea o se destruye por el modelo económico”.
Como antecedente, citó la Ley Bases, que incorporó modificaciones laborales: “Se amplió el período de prueba, se crearon nuevas figuras, se eliminaron multas y sanciones. Un año y medio después hay menos empleo y menos empresas”, sostuvo.
De este modo, el kirchnerismo busca instalar una discusión estructural sobre el sentido del trabajo y el rol de la legislación laboral. Más allá de los artículos concretos, la disputa apunta al modelo productivo y social que debe adoptar la Argentina.
Mientras el oficialismo propone flexibilización y reducción de costos, el peronismo plantea una defensa del salario, una reducción de la jornada laboral y una regulación estatal amplia. La contrarreforma laboral se perfila así como uno de los debates centrales de la agenda parlamentaria y anticipa una fuerte confrontación política en el Congreso Nacional.
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