Un derrotero de casi 20 años para que los ciegos jueguen al basquetbol

Desde hace casi 20 años que el exbasquetbolista bonaerense, Ricardo Jesus Molinari lucha contra viento y marea para lograr que su inedito invento, basquet para ciegos, llegue a toda la poblacion de personas invidentes del pais y el mundo.

Argentina 04 de septiembre de 2021 Agencia Télam
Desde hace casi 20 años que el exbasquetbolista bonaerense, Ricardo Jesús Molinari lucha contra viento y marea para lograr que su inédito invento, básquet para ciegos, llegue a toda la población de personas invidentes del país y el mundo.
En todo ese tiempo, Molinari recorrió casi toda la geografía argentina, realizando seminarios y campus para difundir básquet para ciegos. Solo detuvo su tarea por la pandemia de coronavirus, y ahora, se apresta a inaugurar una cancha adaptada en su ciudad, Pergamino.
Además, durante años se entrevistó con numerosos funcionarios y políticos, jugadores y técnicos de básquetbol, cientos de deportistas de todas las disciplinas y golpeó las puertas de secretarías de Deportes, ministerios nacionales y provinciales en busca de apoyo oficial.
Pocos le creyeron, pese a que Molinari iba a las provincias con su equipo de profesores, y les mostraba en forma personal a las autoridades, cómo los ciegos jugaban al básquetbol.
No solo les demostró que era posible, sino que luego montó la primera cancha de básquet para ciegos del país y del mundo en la localidad cordobesa de Tanti.
Y en marzo del año 2011, realizó el primer partido de básquet para ciegos del planeta, para asombro del público presente y la prensa en general.
Enterados de la relevancia y objetivos de inclusión de los ciegos a través del deporte, que persigue el invento de Molinari, el pergaminense fue invitado especialmente por el Gobierno nacional de entonces, a exhibir su creación en la Feria Internacional Tecnópolis.
Curiosamente, todo reconocimiento y distinciones por su inédita idea lo tuvo fuera de Pergamino, donde Molinari -salvo honrosas excepciones-, encontró escaso apoyo para llevar adelante su proyecto, que incluso, despertó el interés de países europeos.
Por su entusiasmo, empuje, trabajo y perseverancia, profesores y docentes que trabajan con ciegos en el país, lo llaman a Molinari como "el (James) Naismiht de los ciegos" por el creador del básquetbol, ó "el Braille del Básquet".
Incluso, encuentran ciertas similitudes históricas con Louis Braille, cuyo padre era talabartero igual que el abuelo de Molinari. Braille se accidentó a los tres años, perdió un ojo y luego la visión completa. Molinari perdió a su hijo Santiago en un accidente vial a la misma edad.
"Braille inventó un sistema táctil para leer y escribir, que fue ignorado por las autoridades con las que se contactó, una situación similar a la que atravesé en estos casi 20 años, para desarrollar mi invento en el país", contó Molinari a Télam.
Y dijo que "recién un siglo después de muerto, Louis Braille fue reconocido, su cuerpo desenterrado y llevado a París, al Panteón de los líderes intelectuales más célebres de Francia, menos sus manos, que quedaron en su pueblo natal de Coupvray (Francia)".
"Espero que no me pase lo mismo y al menos en vida, pueda ver que en mi país oficialmente los ciegos jueguen al básquetbol y que las escuelas lo contemplen en sus programas para lograr así la inclusión de alumnos invidentes y personas con baja visión", finalizó. (Télam)
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