ANSA/ Reino Unido: El Brexit se desvia,UE lo pospone al 31 enero

Por Alessandro Logroscino LDRES, 28 OTT - El Brexit infinito esta encadenado a otro aplazamiento, mientras que Westmister continua discutiendo sobre las elecciones anticipadas, ahora inevitables, sin encontrar la clave del problema sobre cuando y

Mundo28 de octubre de 2019 Agencia ANSA
Por Alessandro Logroscino LDRES, 28 OTT - El Brexit infinito está encadenado a otro aplazamiento, mientras que Westmister continúa discutiendo sobre las elecciones anticipadas, ahora inevitables, sin encontrar la clave del problema sobre cuándo y cómo.
Gran Bretaña podrá abandonar la UE el 31 de enero de 2020, pero antes, de acuerdo con la última extensión flexible (o 'flextensión', en el idioma de los eurocratas) anunciada hoy por los 27, volvió a armarse de paciencia ofreciendo de hecho en Londres la oportunidad de salir en cualquier momento en los próximos tres meses.
Una prórroga que el primer ministro Boris Johnson está obligado a tragarse, pidiendo a los socios europeos a comprometerse a no dar más.
Y eso, además, va acompañado de la enésima apelación de Bruselas al Reino, casi una súplica, para decidir mientras tanto qué hacer: si aprobar el acuerdo de divorcio alcanzado in extremis con el primer ministro Tory, para poner todo en discusión (tal vez con un segundo referéndum), o quizás otra cosa.
La extensión de los términos será formalizada en un par de días.
Pero la decisión está tomada.
El vencimiento del 31 de octubre -que ya no está al alcance a pesar de las promesas de ráfagas de Johnson- se archivó oficialmente.
Y después de que la alternativa del "no acuerdo" ("no deal") no gusta a nadie, no queda más que retrasarlo.
Por tres meses, según lo que el Parlamento británico le había impuesto al primer ministro para solicitar.
O más bien, hasta tres meses, como explicó el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, anticipando el acuerdo a través de Twitter.
En esencia, se indica un nuevo plazo, el 31 de enero, pero con ventanas intermedias a fines de noviembre y finales de diciembre, a las que la isla, si la ratificación parlamentaria lo permite, también podrá decir adiós.
Francia, que parecía lista a amenazar con el veto, y, como máximo, para pasar una breve extensión, finalmente se realineó: esperanzada sino no es más que en el juego de ajedrez británico en las elecciones, pasaje a este punto sin alternativas para tratar de romper el estancamiento de Westminster, pueda estar por llegar.
Las señales están ahí, aunque el gobierno de Johnson ha encontrado un muro por tercera vez en el quórum de dos tercios en una moción favorable a la disolución de la Cámara de los Comunes.
El texto preveía enviar a los diputados a casa el 6 de noviembre y convocar a las urnas el 12 de diciembre: pero habría necesitado el apoyo del Laborismo de Jeremy Corbyn, incierto y dividido en su interior.
Entonces no hay nada que hacer, a pesar de los tonos con los que el primer ministro ha vuelto a señalar con el dedo al Parlamento, oposiciones y Corbyn en primer lugar: acusados de "tergiversar", de ser ellos -no él- los responsables de esta otra extensión, de saber posponer, de no aprobar a fines de octubre "el nuevo gran acuerdo alcanzado (con Bruselas) a pesar de quién decía que era imposible", de no querer "respetar el resultado" del referéndum de 2016.
En tanto, surge un camino diferente para la votación en diciembre.
Aquella de una ley ordinaria, de mayoría simple, sugerida sorpresivamente por otros dos partidos de oposición, los liberaldemócratas y los independentistas escoceses del SNP, que después de haber hecho campaña por meses invocando la prioridad de una revancha refrendaria para "detener el Brexit" cambió repentinamente de idea, evidentemente convencidos de que podrían aprovechar las dificultades de los laboristas para tratar de obtener votos y escaños: reconociendo que legislar sobre un referéndum bis no parece factible en este Parlamento y que las elecciones se conviertan en un paso necesario.
Es un cambio que enfurece a los laboristas y, mientras, los conservadores parecen estar listos para dar el salto.
Como confirma la disponibilidad nocturna de Boris Johnson para adoptar esencialmente la propuesta LibDem-Snp en un "breve" texto legislativo anunciado después de la detención de la moción de hoy: incluso a costo de anticipar la disolución antes del 6 de noviembre y renunciar a una último intento de ratificación preelectoral de la ratificación de Westminster al "acuerdo de Boris".
Basta que todo se decida durante la semana.
(ANSA).
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