Annick Louis: Borges reactiva la figura homerica del viejo poeta ciego sabio

La investigadora Annick Louis, especialista franco-argentina en la obra de Jorge Luis Borges, explica que el autor de "El Aleph", tanto en sus ensayos y notas como en su ficcion busco un modo de hablar de lo real contemporaneo que no implicara una

D-Interés01 de mayo de 2023 Agencia Télam
La investigadora Annick Louis, especialista franco-argentina en la obra de Jorge Luis Borges, explica que el autor de "El Aleph", tanto en sus ensayos y notas como en su ficción buscó un modo de hablar de lo real contemporáneo que no implicara una renuncia a la autonomía de lo literario, y que puede considerarse como una estética oblicua, porque "en parte consideraba que las posiciones personales no deben transformarse en la temática de la obra literaria, lo que no significa que la obra deba estar exenta de ideología", explica a Télam la prestigiosa académica.
La autora de "Jorge Luis Borges. Obra y maniobras" señala que el peronismo de algún modo puso a prueba los principios que Borges estableció en la era del fascismo.
-T.:¿Cómo puede pensarse la postura de Borges con el peronismo, por un lado, y el apoyo a los "caballeros" de las dictaduras militares, por el otro?
-A.L.: Borges en sus declaraciones personales, en solicitadas, se mostró como un antiperonista apasionado e irracional, aunque como lo señala Jorge Panesi, él tenía los medios intelectuales para pensar el peronismo de otro modo; solamente vio una forma nacional de fascismo. En su obra, en cambio, incluso en sus ensayos y notas, las alusiones directas (en el sentido de temáticas) no son muy numerosas, hay pocos textos que tematizan el peronismo, algunos francamente muy ambivalentes en cuanto a la ideología, como "El simulacro", que se publica en El Hacedor en 1960.
Algunos críticos consideran que fue por la censura que no aludió directamente al peronismo. Yo pienso que no, que es parte de su estética, el modo oblicuo de tratar la realidad. En Borges la relación entre realidad y literatura se plantea en forma de enigma: la realidad interroga a la literatura, y la literatura a la realidad. Yo creo que se nota en el período del primer peronismo el esfuerzo por no ceder ante una realidad que le debe haber resultado arrolladora.
-T.:¿Hay alguna explicación sobre el fenómeno masivo de Borges extraliterario, el escritor que aparece en tapas de revistas de moda y en programas populares de televisión?
-A.L.: Es una cuestión compleja y apasionante, la popularidad de Borges, sobre todo en Argentina. El Borges presencia de la ciudad de Buenos Aires, que todo el mundo reconoce, es un fenómeno particular, del que no hay equivalentes realmente en otras culturas. Con mis estudiantes siempre tratamos de encontrar ejemplos en Francia o en Alemania, sin lograrlo realmente. Creo que, por un lado, Borges reactiva la figura homérica del viejo poeta ciego sabio, como lo señaló Gérard Genette; por otro lado, su ansia un poco patotera de participación en lo local se fue transformando, en la medida en que su antiperonismo, el entusiasmo por las dictaduras latinoamericanas y su incomprensión de la situación del continente en los años 1960 y 1970 lo llevaron a aislarse. Pero ese aislamiento él lo transformó, voluntariamente, creo yo, en una figura presente en la ciudad de Buenos Aires, un cuerpo presente, reconocible, y que opinaba sobre todo. Hay que tener en cuenta que, en el período de los años 60 y 70, no es, en cambio, muy popular, por sus posiciones políticas precisamente, en todo caso entre los jóvenes. Los críticos no saben qué hacer con él, porque todo el mundo lo admira como escritor pero rechaza sus posiciones políticas. Esto se revierte, se empieza a revertir, a partir de 1980, cuando Borges cambia su posición, y empieza a participar en los pedidos de justicia por las víctimas de la dictadura. Como lo señaló Josefina Ludmer, el proceso de canonización de Borges fue muy complejo, tuvo idas y vueltas. Podemos decir que fue canonizado pero sigue siendo polémico.
Ahora estoy escribiendo un libro sobre eso: la figura de autor de Borges bajo la última dictadura y en el retorno de la democracia, es decir como entre 1976 y 1986, hasta su muerte, en los medios. Son como 7000 artículos de diario, algunos son textos de él, hay muchas entrevistas, pero también muchas noticias sobre su vida y sus viajes. La extensión de su popularidad en la época es increíble - estornuda y sale en el diario! Bueno casi-. En todo caso lo apasionante es que es una popularidad que lo transforma en el máximo escritor argentino sin quitarle su carácter polémico. Y también, la verdad, Borges es muy divertido. Sus declaraciones son realmente todas obras de arte, con un uso del lenguaje y del humor admirables.

(Télam)
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