Rusia rechazó hoy la decisión de Finlandia de cerrar por dos semanas el último paso que aún quedaba abierto en la frontera común y advirtió que la medida puede derivar en una escalada de la "tensión" en las deterioradas relaciones entre ambos países porque implica un mayor despliegue de efectivos en la zona.

"Nada ni nadie amenaza a Finlandia y, en este caso, se trata de una medida completamente excesiva", enfatizó en rueda de prensa el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov.

Añadió que "hay una concentración totalmente infundada de unidades militares en la frontera con Rusia".

En este sentido, negó que exista una "tensión" previa que justifique la decisión adoptada por Helsinki, que ha denunciado un aumento de la inmigración en la frontera con la supuesta connivencia de las autoridades rusas, reportó la agencia de noticias estatal TASS.

"La tensión podría precisamente surgir de acumular más efectivos en la frontera", amplió.

Peskov había dicho ayer: "Nunca en la historia moderna Rusia amenazó a Finlandia, no teníamos motivos para ninguna confrontación, y ahora han elegido este camino que, en nuestro punto de vista, es un gran error".

El cierre del último paso se producirá mañana, por un periodo inicial de dos semanas.

El Gobierno de Finlandia mantendrá activa la estación ferroviaria de Vainikkala para facilitar el transporte de mercancías entre los dos países vecinos.

Según informó el primer ministro Petteri Orpo, el paso fronterizo de Raja-Jooseppi, el único que seguía operativo, cerrará hasta el 13 de diciembre.

"Rusia ha provocado esta situación y también puede acabar con ella", añadió Orpo, quien además reconoció que esta medida del Gobierno tiene como objetivo controlar las "actividades híbridas de influencia de Rusia" lo antes posible.

Por su parte, la ministra del Interior, Mari Rantanen, recalcó que el cierre total de la frontera es una medida "necesaria" en nombre de la seguridad nacional, aunque desde el Gobierno reconocieron que ha sido una decisión difícil de asumir.

Las autoridades del país escandinavo anunciaron a lo largo de noviembre el cierre de todos los puestos fronterizos con Rusia, a excepción del de Raja-Jooseppi, ubicado en el extremo norte del país y de difícil acceso debido a las condiciones meteorológicas de la zona.

En Finlandia se produjo un aumento de la llegada de solicitantes de asilo indocumentados que cruzaron su extensa frontera con Rusia de más de 1.300 kilómetros.

Desde agosto, el país nórdico registró casi 1.000 solicitantes de asilo en la frontera con Rusia.

"Finlandia es el objetivo de una operación híbrida rusa. Esta es una cuestión de seguridad nacional", afirmó Rantanen.

La semana pasada, el primer ministro finlandés acusó a Rusia de organizar una "acción sistemática y organizada".

Las relaciones entre los dos vecinos se deterioraron considerablemente desde febrero de 2022, cuando Rusia invadió Ucrania, lo que llevó a Finlandia, preocupada por su propia seguridad, a ingresar en la OTAN en abril de 2023. (Télam)