-Intendente, en las últimas elecciones revalidó mandato. Me imagino que un orgullo volver a sentir el apoyo de la gente.

Sin dudas, la realidad es que fue una validación de una gestión que, a pesar de tener momentos difíciles, estuvo cerca de la gente. Pudimos llevar adelante obras y dar respuestas a demandas urgentes. Ahora estamos encarando esta segunda etapa en otro contexto con una agenda de trabajado planificada en base a lo que hemos hablado en cada barrio y localidad.

-Al revalidar mandato no se puede hablar de “pesada herencia”, pero el contexto nacional y la macroeconomía del país han variado mucho los números. 

Una de las cuestiones que siempre caracterizó a este gobierno municipal es la confiabilidad en términos crediticios y el diseño de políticas públicas que mejoran el bienestar de la gente.

-El presidente Javier Milei dijo que “no hay plata” y los gobernadores tuvieron que amoldarse. ¿Qué pasa con las tasas municipales ante los reiterados aumentos?

Uno intenta aumentar a niveles razonables, entendiendo que a nivel nacional la gente optó por una opción que tenía que ver con el ajuste. Sin embargo, en la provincia de Buenos Aires y en el distrito de General Alvarado validó la gestión de un Estado presente que de respuestas a los vecinos. 

Por estas horas estamos en pleno debate sobre las tasas y tratando de ver cuál será la inflación del año para aplicar un aumento razonable que los vecinos puedan pagar. Tenemos que fijar un punto de equilibro.

-Cuando hablamos de servicios, la salud sigue siendo uno de los más necesarios para los vecinos.

Los municipios han pasado a ser una mininación ocupándose de temas que escapan a la lógica del ABL (Alumbrado, Barrido y Limpieza), como la salud, por ejemplo. Los medicamentos aumentaron en un 100 por ciento y las prepagas también, con lo cual muchas familias se van a volcar al sistema de salud público.

La desregulación del mercado hace que no haya un Estado que proteja a las personas y se establezcan precios que tengan que ver más con las rentabilidades que los servicios que prestan. Hoy aumentar precios es un gran negocio para las empresas en detrimento de lo público que recibe el impacto directo en los insumos y las prestaciones. Se pone en riesgo la vida de las personas si los recursos no son suficientes para ofrecer servicios de calidad.

-¿Y qué está pasando con el incremento del valor del combustible?

Es una lucha constante. Hay muy pocas empresas oferentes que pueden fijar los precios y hay una cuestión de cupos que limita no solo el tema de la seguridad, que estamos priorizando, sino también la recolección de residuos. Todo se mueve en función del combustible y limita la capacidad de dar respuestas. 

-En otro orden, ¿Cómo marcha la temporada de verano?

Claramente no estamos asistiendo a una temporada como la que estábamos acostumbrados en donde anunciábamos nuevos récords de afluencia turística. En esta ocasión el promedio es de 20 puntos abajo. 

Eso tiene un impacto directo en la economía local, afortunadamente en términos de empleos se sostiene, pero estamos seguros que la temporada no va a dejar conforme a los prestadores turísticos. 

-Percibo un deseo generalizado de intendentes, más allá del partido político, de levantar la bandera de la provincia y defender al gobernador. ¿Qué ha charlado con sus pares sobre esto?

Muchos intendentes han reconocido públicamente que Axel Kicillof ha sido muy ecuánime en la distribución de los recursos, y alguno pasado de honestidad dijo que recibió más recursos que con María Eugenia Vidal, gobernadora de su mismo signo político.

Habla de la extrema generosidad de Kicillof de compensar faltas que hubo en algún momento. Es un gobernador que más allá de las banderas política, mira las necesidades de la gente y hace una correcta distribución de los recursos.