Los sindicatos vuelven a las calles: protesta en Plaza de Mayo contra las políticas de Milei

El sindicalismo prepara una jornada de protesta en la Plaza de Mayo para el jueves 5 de diciembre al mediodía, en lo que se perfila como una contundente demostración de rechazo a las políticas del presidente Javier Milei. Bajo el lema “La Patria no se vende”, sindicatos de diversas centrales, movimientos sociales y organizaciones políticas confluirán en una marcha federal con un marcado tono opositor.

La movilización, liderada por las dos vertientes de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), cuenta con el apoyo de gremios de la CGT como la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), dirigida por Abel Furlán, y La Bancaria, encabezada por Sergio Palazzo. Además, se espera la participación de sectores clave como la Asociación de Trabajadores del Estado (ATE), que activará un paro nacional el mismo día, aumentando la presión sobre el Gobierno.

Pablo Moyano: del quiebre en la CGT a un rol protagónico

Uno de los puntos destacados de la jornada es el posible retorno de Pablo Moyano, ex número dos del gremio de Camioneros, al frente de una alianza sindical combativa. Moyano, quien recientemente renunció a la conducción de la CGT, busca consolidar un frente opositor que desafíe tanto al Gobierno nacional como al sector dialoguista de la central obrera, liderado por Héctor Daer y Carlos Acuña.

Fuentes cercanas al dirigente camionero aseguran que sus vínculos con sectores trotskistas, liderados por figuras como Alejandro Crespo del Sutna, y con organizaciones sociales, podrían dar lugar a una coalición sindical inédita en los últimos años. Su incorporación formal a la protesta del 5 de diciembre podría ser un punto de inflexión en la estrategia opositora del movimiento obrero.

La protesta: un diciembre caliente contra las políticas de ajuste

La elección de diciembre no es casual. Históricamente, este mes ha sido escenario de intensas manifestaciones en la Argentina. En este caso, el detonante es el ajuste económico impulsado por el Gobierno de Milei, que, según la CTA, ha provocado un deterioro sin precedentes en el poder adquisitivo de los trabajadores.

Un informe reciente de la central sindical destaca que el salario mínimo, vital y móvil registra una caída del 28,4 % en términos reales respecto de noviembre de 2023. “Hoy, el salario mínimo apenas cubre el 54,3 % de la canasta básica de alimentos, lo que lo posiciona por debajo de los niveles de la crisis de 2001”, subraya el estudio.

Además, la protesta contará con la adhesión de organizaciones sociales como la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) y agrupaciones políticas vinculadas al kirchnerismo, como La Cámpora y La Patria es el Otro. Estas últimas buscan visibilizar el impacto de las políticas neoliberales en los sectores más vulnerables.

Unidad sindical: ¿una estrategia sostenible?

La jornada federal será también una prueba para medir la capacidad de articulación entre las distintas centrales sindicales, las organizaciones sociales y los sectores políticos. Hugo Yasky y Hugo Godoy, referentes de las dos CTA, han liderado reuniones para consolidar un frente que no solo rechace el ajuste económico, sino que plantee una alternativa de cara a 2025.

En este contexto, los plenarios provinciales se han convertido en una herramienta clave para organizar la protesta y generar un debate amplio sobre el futuro del movimiento sindical. Sin embargo, persisten interrogantes sobre la sostenibilidad de esta alianza, especialmente frente a la fragmentación interna en la CGT y la presión de los sectores más dialoguistas.

Un mensaje claro para el Gobierno

La marcha del 5 de diciembre promete ser una de las mayores demostraciones de fuerza del sindicalismo opositor en lo que va del año. Con un discurso centrado en la defensa de los derechos laborales y el rechazo a las políticas de ajuste, los organizadores buscan enviar un mensaje contundente al presidente Milei: la protesta social sigue siendo un actor clave en la arena política argentina.

Queda por verse si esta movilización será el inicio de un diciembre marcado por la conflictividad social o si las tensiones internas del movimiento obrero limitarán su impacto a corto plazo.