La interna PRO–LLA se recalienta en Buenos Aires y deja en suspenso la alianza
La alianza entre el PRO y La Libertad Avanza se resquebraja en Buenos Aires tras votaciones clave, cruces públicos y desconfianza en las conducciones.
La relación entre La Libertad Avanza (LLA) y el PRO en la provincia de Buenos Aires atraviesa su momento más tenso desde que ambas fuerzas compartieron un frente electoral en las elecciones de septiembre y octubre. Lo que nació como una alianza táctica para respaldar la gestión de Javier Milei y consolidarse como oposición al gobernador Axel Kicillof hoy muestra fisuras profundas, con reproches cruzados, decisiones legislativas que encendieron la mecha y una conducción política cada vez más cuestionada.
Si bien nadie se anima a hablar de una ruptura formal, en ambos campamentos admiten que la relación quedó seriamente dañada. En privado, dirigentes de uno y otro espacio reconocen bronca, recelo y desconfianza, especialmente a nivel de las conducciones provinciales, donde el diálogo se volvió intermitente y cargado de reproches.
Banco Provincia y deuda: el quiebre en la Legislatura
El punto de inflexión llegó en la Legislatura bonaerense, cuando el PRO acompañó la votación para ampliar el directorio del Banco Provincia y autorizar endeudamiento al Ejecutivo provincial. El acuerdo, que incluyó al peronismo y a la UCR, desató la furia libertaria, sobre todo porque se produjo sin consulta previa a LLA.
Desde el espacio violeta sostienen que el PRO había sostenido durante la campaña un discurso alineado al ideario libertario, pero que, previo al recambio legislativo del 10 de diciembre, varios de sus legisladores actuaron en sentido contrario, priorizando cargos y acuerdos de poder. El dato que terminó de tensar la relación fue la designación de Matías Ranzini, presidente del bloque del PRO en Diputados y dirigente cercano a Cristian Ritondo, en el directorio del Banco Provincia.
Horas después de la votación, el jefe de LLA en Buenos Aires, Sebastián Pareja, expresó su malestar en redes sociales. En un posteo publicado a la madrugada, habló de “otro pacto inescrupuloso, obsceno y explícito entre el gobernador y los mismos de siempre” y agregó, sin dar nombres propios: “Se aprovechan de las últimas horas de los mandatos vigentes para hacer negocios”.
Concejos deliberantes y reproches cruzados
La tensión no se limitó a la Legislatura. En distintos concejos deliberantes se replicaron situaciones que profundizaron el enojo libertario. El caso que más ruido generó fue en Bahía Blanca, donde la concejala Gisela Caputo, alineada con Ritondo, asumió la presidencia del cuerpo con votos del peronismo. Días antes, los ediles del PRO habían acompañado el Presupuesto 2025 del intendente Federico Susbielles, junto con la Ordenanza Fiscal Impositiva que incluyó aumentos de tasas municipales.
La decisión chocó de frente con un comunicado de LLA, firmado por Pareja, que rechazaba de manera “categórica” cualquier suba de tasas y advertía que “todo concejal que haya acompañado esta medida queda automáticamente fuera de cualquier tipo de acuerdo” con el espacio.
Hubo episodios similares en La Costa, Necochea y La Matanza, con rupturas de bloques, votos cruzados y armados circunstanciales que dejaron expuestas las fragilidades del entramado PRO–LLA en el territorio bonaerense.
Ritondo, Santilli y una alianza en equilibrio
El clima se tensó aún más cuando el bloque PRO, que preside Ritondo, denunció en las últimas horas una supuesta irregularidad en la Cámara de Diputados de la Nación por el reparto de cargos en la Auditoría General de la Nación (AGN). Tras quedar fuera del acuerdo que impulsó el oficialismo con el peronismo y los gobernadores, el titular del PRO bonaerense judicializó la decisión y apuntó contra el presidente de la Cámara, Martín Menem, cercano a Karina Milei.
En paralelo, en LLA aseguran que intentan sostener el vínculo legislativo con el PRO, aunque reconocen dificultades para identificar una conducción clara del partido amarillo. “Somos bloques distintos y está bien que cada uno conserve su identidad, pero hoy cuesta definir o delimitar al PRO”, deslizó un armador libertario bonaerense.
En ese escenario, Diego Santilli, actual ministro del Interior, aparece como el principal canal de diálogo entre ambos espacios. Desde LLA destacan que con él existe “diálogo permanente” y que cumple un rol de contención para evitar una mayor dispersión del PRO en la Legislatura provincial.
Mientras tanto, la desconfianza crece y las diferencias quedan expuestas en cada votación clave. La alianza que supo funcionar como un bloque opositor homogéneo hoy navega en aguas turbulentas, con equilibrios frágiles y un interrogante central: si se trata de una crisis pasajera o del inicio de una ruptura política de fondo en la provincia de Buenos Aires.
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